Marquillas desgraciadas y mamonas
estorbosas, picantes, fastidiosas,
esperpento insensato del consumo,
delatoras de falta de mollera
de diseñadores baratos y anodinos
¿Quién las trajo a esta vida miserable
a incomodar la piel de nuestros cuellos?
¿A qué genio sin cuello se le ha ocurrido
pegar la marca de una camisa
justo contra la piel
como si el cuello fuera letrado?
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Autor:
Teodocio Potes (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 22 de mayo de 2010 a las 13:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 111
Offline)
Comentarios5
JA JA JA
VALIOSISIMA CRITICA
MOLESTAS LAS MARCAS EN EL CUELLO,VERDAD!
JA JA JA
QUE BUEN POEMA AMIGO
TIENES EL OJO PUESTO EN TODO PARA HACERLO POEMA
TE FELICITO
ABRAZO GRANDE
oooO
(….)…. Oooo….
...(……(….)…
.._)….. )../….
………. (_/…..
oooO
(….)…. Oooo….
...(……(….)…
.._)….. )../….
………. (_/…..
He pasado a dejar mis respetos, y saluditos, por tu poema..
A ti... Mi cariñito…
Grato fue leerte…
Kalita
jaja... es cierto, está genial la crítica.
Y qué me decís de los bikinis, ¿sabes dónde la traen?
jajajaja....!! Este es un poema ingenioso, todos hemos sufrido el roce INSOPORTABLE de semejante invento y cuanto no daría una (a veces) por tirar la puñetera camiseta a un contenedor en plena calle
¡¡ son como un cilicio!!...Para mí que están tejidas con hilo de alambre, los muy desgraciados, jaja...La última frase está genial, te felicito por tu sentido del humor.
Un saludo,
Aries
Disculpen que en un solo mensaje les responda a todos. A Semilla: una piedrita en el zapato es mas tolerable; Kalita, la de la simbologìa curiosa, gracias; a Deliter: La ropa interior o estratégica tambien tienen derecho a exhibir su marca, pero no joda, a veces se pasan, incluso ya es costumbre que traigan mas de una marquilla pegada; lo extraño es que a muchos les gusta, posiblemente por afan de mostrar la calidad de lo que usan; A Ingrid B. y a Aries, gracias tambien: el hilo sintético causa mas escosor que el hilo de algodón.
Disculpen pues no debiera despersonalizar la respuesta, lo que pasa es que el fin de semana es espacio de desconexiòn.
Saludos desde Bogotá.
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