Aconsejar.

La experiencia no se compra,
se va adquiriendo en los años,
entre errores y aciertos,
entre alivio y entre daños.

Sabio es el joven que abre,
de par en par sus oídos,
para escuchar la opinión,
del que tanto ha vivido.

Más sabio aún lo es,
acatar el buen consejo,
que ante la adversidad,
le suele obsequiar un viejo.

Dos razones para aconsejar,
uno cuando te lo pidan,
dos cuando el peligro,
del otro aseche su vida.

Aconsejar de otra forma,
no tiene mucho sentido,
aunque la intensión sea buena,
resulta en tiempo perdido.

Puede que el aconsejado,
te miré como un intruso,
alguien que sin pedirle,
meterse en su vida dispuso.

J.Moscoso.
Derechos de autor reservados.
José Antonio Moscoso Vega.
Costa Rica, Puntarenas, Corredores.
19 de julio 2016.