* El Profeta (cataléptico despertar)

Wellington Rigortmortiz

 

En un sueño,

atrapados los dos

soportamos también las pesadillas,

quien se cree capaz

de despertarnos ahora?,

si nadie más que los dos,

poseemos ese don,

con el amor

nos ganamos ese privilegio

de despertar al que teme

melancólicamente

este sueño eterno,

dios nos obliga a vivirlo,

quizás para entenderlo o quizás

para buscarlo nuevamente

en el fondo de nuestras almas

generando esa pequeña pero gran luz

a la que llamamos esperanza;

intoxicada el alma

por el sueño adormecedor

abrupto del alma,

esta llora y sonríe cada ves

que observa teñirse de sangre

el agua vital del espíritu

en el oráculo de su vida,

hilarante tu demonio

sacude todo mi ser con escalofríos

tan mordaces como el dolor,

balbuceante, mi esencia de vida

se ahoga con los sentimientos coagulados

que tu ausencia le provocan…

los conjuros internamente invocados

silenciosamente en la mente

olvidaron ser la oración y el rezo

que a dios le agrada escuchar,

el libro de vida, lastima mis manos

con cada una de sus hojas

que pesadas se niegan

a revelarme sus capítulos,

lejos está para mi

la esperanza de salvación,

olvide completar sus páginas

con más testimonios de felicidad y reflexión

acerca de lo que mi vida representa,

interrumpida se quedó toda acción,

interrumpida como la mágica inspiración

de la lluvia al ser distraída cruelmente

por el grito terrorífico de un relámpago,

es la voz de dios, que con la energía

de su poderoso brazo

golpea el suelo con su espada

cortando con su destello cegador

la oscuridad miserable de esta noche

para develar los cuerpos desnudos

de la tristeza, la soledad, el silencio,

del tiempo y de mis recuerdos

los mismos que se encargaron

de herirme más para que

al podrirse todos de a poco

sean el alimento sexual que revitaliza

los instintos aberrantes del mal;

sin poseer una romántica inspiración

el alma improvisa una especie de salmos

como los besos que te daba buscando

liberarme del frío que congelaba mi sangre,

mi bitácora en la más cruel

de todas las tormentas

cayo de la proa de mi galeón,

se perdió en el vientre del mar,

nuestro cantar

creado virtuosamente por los dos

dejo de ser la brújula de mi vida,

la certeza que decapita al destino,

a la suerte, al azar y a las coincidencias.

 

La profecía de nuestras vidas

desde mi cataléptica condición de mortal,

en sueños me dibuja esperanzas

de una fe fantasiosa que crece dentro de ti,

su pictórica naturaleza de lo superficial

en tonos vivos te susurra apoderarte

de almas que son mucho más peligrosas

que tu inocencia cruel,

vestida de mágica belleza

presa fácil eres de sus voraces

y pecaminosas ilusiones,

al final todos ellos terminaran crucificándote

de manera más tormentosa

de la que practicaste conmigo,

allí el amor ya no estará presente más!,

y, las heridas del alma jamás sanaran…

mis conjuros para protegerte…

ninguno servirá…

mis rezos y oraciones…

solo prolongaran tu existencia, mas,

no te liberaran de la justicia divina,

mientras sigamos dormidos en el dolor

dios no nos escuchara,

nuestros ángeles atados con tu higuera

en el árbol de mi espíritu están,

yo, para liberarlos

jamás haré daño alguno

a sus naturalezas,

mi alma crucificada esta

en lo alto de la copa del árbol,

mis sentimientos envejecidos e inútiles

sin su magia están,

devuélveme ese poder

que miserablemente me arrebataron

tus espectros amigos a través de ti,

pues de eso depende el mágico despertar,

la ruptura de la profecía delirada aun despierto

y que la acabo de escribir hoy

con tu afilada indiferencia en mi piel

a través de los sueños

que suelen ser presagios realizables,

es el don que poseo y más detesto,

es el don al que más le temo…

 

“solo cuando hay coherencia

entre el anuncio y la vida, la profecía

se hace persuasiva”.

  • Autor: Rigortmortiz (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de septiembre de 2017 a las 11:05
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 43
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