El cansancio de tanto escribir

Heber Snc Nur

Todo comenzó un agosto como este,
lleno de música, rimas, soledad y silencios.
Tenía más amigos, sonreía más seguido;
de hecho, puedo apostar que no era el que soy ahora
y no sé si sentirme el portador de un gran privilegio,
o el autor de un terrible fracaso.

Me enamoraba, odiaba, perdonaba, recordaba y sonreía.
No necesariamente por ese orden, pero casi.
Hoy saco la cuenta; ya son cinco años.
Días de plomo, de cicatrices tatuadas,
de personas nuevas, de distancias cada vez más grandes.

Pero lo cierto es que he comenzado solo.

Han sido cinco años de haberle puesto palabras
a sentimientos que no eran míos
y regalado los míos
ya que nadie los quería.
Cinco años tecleando, publicando,
ideando una trama, un engaño que atraiga.
Cinco años desnudándome delante de cualquiera
que se hubiera asomado desde el balcón
a observar cada una de mis ruinas.
Cinco años alimentando esta caldera
para un invierno que aún no ha terminado.
Cinco años soñando despierto,
rompiendo el silencio,
alimentando el odio,
odiando esperanzas.

Le he puesto lluvia a desiertos,
ignorando que soy yo
el dueño de esta sed.

He visto a miles, querido a muchas,
amado a pocas y odiado a unas cuantas.

Han sido varias mujeres y una sola musa.
Y ha sido una sola mujer con tanta poesía.

He escrito sin cansarme
sobre el cansancio de tanto escribir.
Me he odiado mientras tanto,
me he querido a veces;
he deseado morirme casi siempre
y he vivido con más fuerza todavía.

Me he asustado con los vértigos
y he amado el abismo.
He conocido a otros que, como yo, intentan
que su vida tenga más sentido cuando escriben.
A quienes buscan en la lectura un paso a otro mundo
y a quienes viven más de la cuenta leyendo.
He sido la primera vez de muchos
y la última también.
Los que se quedaron aún no saben
qué parte de mi vida es real o ficción,
qué parte de mí les muestro, qué otra les escondo.
La verdad es que no importa.
La poesía casi nunca dice la verdad,
pero hay que admitir
que sus mentiras duelen menos.

Me parece irónico que antes de conocerla
y hacerla parte de mi vida,
haya evitado la poesía a toda costa.
Lo mismo me pasó con el amor;
la diferencia es que sólo la poesía
se quedará conmigo para siempre.

Es un lustro que llevo estudiándome
para desconocerme.
Un lustro que he pasado escondido la mayor parte del tiempo,
tras haber huido un par de veces;
he publicado tres libros,
y he enamorado a tantas
sin quedarme con ninguna.
Han sido días donde la mayor esperanza que he tenido
he sido yo mismo.
Yo y estas manos y estas palabras y estas letras,
tejiendo poemas como si fuese un desafío demasiado grande.
(Y vaya que lo ha sido.)

Todo empezó un agosto como este.
Hoy tengo pocos amigos y sonrío cuando me acuerdo.
Y no saben lo terrible que es mi memoria.
Pero lo cierto es que comencé solo
y lo estoy hasta ahora.
Supongo que hay cosas que, simplemente,
no van a cambiar nunca.

Llevate gratis una Antología Poética y suscribite a Poemas del Alma ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales

Comentarios2

  • El Hombre de la Rosa

    Precioso poema que enmarca el sentido humano de la poesía en tus geniales estrofas estimado Heber
    Un placer pasar por tus letras...
    Abrazos de amistado...
    El Hombre de la Rosa

  • Yedra

    Querido Heber, en este poema has desnudado tu alma ante nosotros igual que una musa se desnuda ante el artista.
    Haces un bellisimo halago al arte de escribir y te recreas en ello.
    Felicidades poeta



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.