MI INFANCIA

robertojuan

MI INFANCIA
Hoy quiero recordar 
los años felices de mi infancia,
cuando caminando por la playa
corríamos los niños
para recibir las barcas, 
que bogando llegaban al rebalaje 
y sacaban las puntas del “copo”
para tirar de ellas.
Las redes completas de pescado, 
saltando en la bolsa del fondo,
vida para la pobreza 
existente en la población.
Se arremolinaban los “marengos” 
en los laterales del “copo”
con sus eslingas (bandoleras 
rematadas con redondos corchos 
cual rosquillas),
enredaban en el lateral de la red 
para tirar hasta sacar lo pescado,
en algunos casos, 
ayudados por el torno anclado en la playa.
Dichos “marengos” 
que a posterior eran los cenacheros,
en sus cestas (cenachos),
hechos de esparto de largas bridas, 
recorrían los barrios de mi ciudad,
¡Málaga!
pregonando la mercancía, 
sacada del mar de la bahía.
Tirando de la red, 
con mucho esfuerzo y trabajo,
salía a la luz de la mañana, 
el fruto del trabajo en la noche, 
en aquellas barcas de remos,
algunas “Jábegas”,
por fin en la arena de la playa, 
abierto el copo,
se reflejaba el sol en el lomo de los boquerones, 
pareciendo tiritas de plata,
algunos pescado de más tamaño,
se quedaban para el dueño de la barca.
Me asombraba, con aquellas alpargatas de esparto,
que calzaban, -no todos-,
esforzándose para sacar, 
la red cargada con el peso enorme,
hincaban los pies, algunos desnudos,
en la arena del rebalaje,
con las extremidades, ya encallecidas,
por el uso continuado y descalzos,
con las cabezas protegidas,
unas veces por el “Calañés”
y otras por el sombrero de paja,
las manos huesudas y cara arrugada,
torso musculoso y magro,
que dejaba entrever los camisones 
amplios y la mayoría rasgados.
Tez morena requemada
por la continua exposición al sol,
niños, viejos y jóvenes,
se afanaban en las labores
propias del mar, en la playa,
la extensión de las redes 
para secarse al sol, 
la reparación de las mismas 
cosiendo los rotos que el arrastre había hecho,
y aplicando los corchos en los laterales
para que la red flotase y hacer la “bolsa” del “Copo”.
Un buen trozo de pan con una sardina,
seca, o un pedazo de mojama,
pulpo seco o pintarroja
con un buen trago de vino,
se arreglaba la mañana.
El calafate mientras, reparaba las rendijas
que los golpes de mar abrían,
en las barcas,
el olor a alquitrán derretido 
impregnaba la playa de San Andrés,
mientras los cenacheros
intentaban vender su productos 
por los barrios de mi Málaga.

Roberto J. Martín

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  • Autor: Roberto J. Martin (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de agosto de 2017 a las 21:05
  • Categoría: Amistad
  • Lecturas: 26
  • Usuario favorito de este poema: Verso&prosa.
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