Estoy tendido en un lugar común,
con la cabeza ardiendo en fiebre
dentro de mi cuarto, oscuro aún.
Y han iniciado los malditos días de noviembre.
En círculos gira el tiempo
y el dolor de la vida siempre regresa
brindándonos con su caliente encierro;
entre tierra y cielo se guarda la onda pobreza.
Tengo un ardor en el estómago atorado,
lo he guardado por muchos años,
está conmigo en los momentos más amargos
porque quema los recuerdo añorados.
Es un veneno que tengo ahí amarrado
en una bolsita de pellejo,
y cada que estoy amargado
la abro y bebo y hago un pequeño festejo.
No falta el remordimiento siempre que despierto.
Le he quitado un pedazo a mi alma;
se la regalé al suelo para que me vuelva muerto,
pero amanezco agonizando en mi cama.
En noviembre recuerdan al muerto
y yo envídio a ese montón de hueso,
porque lo ensalzan con aprecio
y lo extrañan, al no poder darle un beso.
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Autor:
kent alberto (
Offline)
- Publicado: 10 de agosto de 2017 a las 01:01
- Categoría: Triste
- Lecturas: 16
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