Dalái

Alberto Escobar



 

 

 

Me estremecí ante el estruendo que llegaba a mis oídos
por el ventanal que daba al patio.

Al parecer, un destacamento del ejército chino, raudo 
como una centella, se dirigía a Lasa para ejecutar la 
sentencia, decretada arbitrariamente por las
autoridades de este país, en virtud de la cual el estado
tibetano debía someterse a la soberanía del colosal
vecino.

Este nefasto suceso ocurrió en los albores de los años
50, cuando contaba tan solo ocho años de edad.

A la sazón era un jovenzuelo que recibía las enseñanza 
del Dalái Lama en su mismo palacio, privilegio que 
gocé por ser hijo de uno de sus leales lugartenientes.

Ante el diluvio de tristeza que me invadía, no pude por
menos que salir de estampida en busca de un refugio 
más seguro.

El soberano fue puesto ipso facto a buen recaudo para
preservar desde el exilio la supervivencia del Tíbet.

Mi madre, que no me abandonó en ningún momento, me 
llevó a unos subterráneos, cercanos a los jardines de 
palacio, donde nos abrigamos al calor de la compañía
de una buena parte de los hermanos que compartíamos
habitación y credo.

Al fin y a la postre, el ejército chino hizo su trabajo sin 
que se percatara de nuestra presencia.

Los ruídos cesaron al poco tiempo porque la resistencia
brillo por su ausencia, como no podía ser de otra manera.

Por fortuna, el Tíbet, aunque dependiente, sigue
ejerciendo su magisterio espiritual, que tanta falta hace.

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  • Autor: Albertín (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de agosto de 2017 a las 18:58
  • Comentario del autor sobre el poema: La invasión del Tibet por China en mil novecientos cincuenta y la represión posterior jalonaron la historia mundial de inmundicia.
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 25
  • Usuario favorito de este poema: Alexandra L.
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Comentarios3

  • Nipur

    No sabía de esto, que cuentas tan bien.
    Gracias por esta hermosa lección de historia y de vida.
    Abrazo

    • Alberto Escobar

      La historia es ficción, lo único cierto es la invasión china del Tíbet. Gracias por tu visita Nipur. Un saludo.

      • Nipur

        Me di cuenta, pero no tenia muy clara la historia hasta ahora.
        Un placer se lectura.
        saludos

      • Alexandra L

        Buen relato Alberto, la historia esta llena de atropellos, es increíble la maldad que el hombre puede desatar contra sus semejantes.Placer leerte.

        Saludos, Alex.

        • Alberto Escobar

          Me interesé en este tema después de recordar este tema de Mecano. Un abrazo hermana de armonías.

        • Thenamora

          Sigue escribiedo tan buenas historia amigo.
          Abrazos en la distancia
          Thenamora.

          • Alberto Escobar

            Gracias por tu visita, enamoradiza amiga. Saludos.

            • Thenamora

              Seguro amigo que sean infinitas para tí.
              Thenamora.



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