Shakespeare

Alberto Escobar

 

 

No me toquéis mis huesos,
saldréis mal parado.

Shakespeare.

 

 

 

William estaba disfrutando de la plena efervescencia
que espumaba su carrera dramatúrgica, las funciones
en Londres no hacían sido sucederse en una vorágine
absorvente como no conoció otras épocas: el público,
por otra parte modesto e inculto en su generalidad,
devoraba el contingente escénico que se esparcía por
la ciudad. Además de nuestro protagonista, operaban
en feroz competencia dramaturgos como Ch.Marlow y 
su memorable Fausto y Ben Jonson, que supusieron 
un excepcional acicate a su colosal talento creativo.

 

El Globo(The Globe), con pocos años de existencia a 
la sazón, vio pasar, cual carnavalesco desfile, toda la
panoplia de personajes y caracteres que, heredados de
la Grecia Clásica y Roma,  tomaron carta remozada 
de naturaleza en la era moderna.

William empezó como actor, y ese fue su secreto como 
empresario:
¡Vamos Robert, repite la intervención de Otelo que
acabas de ensayar, que todavía no le veo el brillo!
¡Otra vez más jefe, es ya la decimosexta vez!
¡Robert, sabes que tenemos que aspirar a la perfección
para asegurar los llenos de nuestro Globe! Debemos
cambiar casi a diario de obra porque el público es
insaciable y la competencia, ya se sabe...

La Era Isabelina terminó cuatro años después de su
primera función, y terminó con un saldo prometedor,
tanto en lo económico como en lo artístico. Ahora nos
viene la Era Jacobina, que espero que sea la de la
consagración.

El éxito fue el único corolario posible de una actividad
dramática envuelta de un vital frenesí, para morir en la
cúspide del reconocimiento, como ahora, trece años 
después de la coronación de Jacobo I.
La fecha de su muerte coincide con la de otro genio, de
cuyo nombre no quiero acordarme, pero el día no fue el
mismo ya que el calendario inglés se regía entonces,
todavía, por el sistema impuesto por Julio César.

 

Ser o no ser reconocido en vida.

Esa es la cuestión.

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Comentarios1

  • Fabio Robles

    Siempre interesante enfoque de un estudioso , buenas letras mi amigo, abrazo fraterno

    • Alberto Escobar

      Me alegro de que te guste. Abrazos mil Fabio.



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