Rafael Caldera eterno!

Rafael Parra Barrios

 

En el florilegio de la historia de ilustres yaracuyanos, el que con más brillo se proyecta, es el Dr. Rafael Caldera Rodríguez y cobra mayor mérito su privilegiado lugar, al estar rodeado de prominentes personalidades, de cuya fusión estirpe, proviene la memoria colectiva y nace la identidad de lo que hemos sido, somos e inevitablemente, por fortuna, seremos.
Así como en Yaracuy, es en Venezuela, pues representa a uno de los líderes de mayor prestigio e importancia en la égida plural del país en el decurso del Siglo XX.
El pensamiento calderiano y demócrata cristiano está inscrito en el contexto de los derechos humanos y en el ejercicio de la libertad y de la democracia, de allí su permanencia en el tiempo y en el espacio nacional e internacional. La vigencia de los valores y principios, que fundamentan su pensamiento, calzan, como anillo al dedo, a la solución de la crisis estructural que padece en la actualidad, Venezuela y muchos países del mundo.
Tales motivos nos convocan a honrar su legado, en ocasión de cumplirse este 24 de enero de 2021, el centésimo quinto aniversario de su natalicio.

1. Sanfelipeño de pura cepa

Rafael Caldera Rodríguez nació en San Felipe, estado Yaracuy, un 24 de enero de 1916. Desde niño demostró sus virtudes y más adelante, su vocación política y filantrópica salió a flote, avizorando su íntima relación con el destino y futuro de Venezuela, como en efecto ocurrió.

2. Estudios y formación

Huérfano a los dos años de edad, fue criado por su tía materna, María Eva de Liscano y su esposo, Tomás Liscano. Se casó con Doña Alicia Pietri, con quien tuvo seis hijos Mireya, Rafael Tomás, Alicia, Cecilia, Andrés Antonio y Juan José. Realizó sus estudios de primaria y secundaria en el Colegio Montesinos (1921-1922), la Escuela Padre Delgado (1925-1926), en San Felipe; y en el Colegio San Ignacio de Loyola (1923-1925 y 1927-1931), Caracas. Sus estudios superiores ocurrieron en la Universidad Central de Venezuela (1932-1938), obteniendo el título de abogado y Doctor en Ciencias Politicas, con mención Summa Cum Laude. Logró, además, múltiples títulos honoris causa en más de cuarenta universidades del mundo.

3. El amigo, el compadre...

Aún cuando Rafael Caldera estaba inmerso en la academia, la investigación y la política, tenía tiempo para edificar la amistad. Sus amigos de San Felipe fueron para siempre, como también los del resto de los estados. Igual trato con los amigos de otras latitudes. Estaba pendiente de los cumpleaños, obituarios y cualquier fecha de importancia, y apelaba al telegrama, a las llamadas telefónicas, cartas y visitas personales para testimoniar y enaltecer su afecto. Hombre agradecido y oportuno. No perdía ningún detalle a la hora de dignificar las querencias. Los pueblos de Venezuela están llenos de ahijados de Caldera, de anécdotas, condumios inolvidables y convivencias con sus allegados. En el marco familiar fue compadre de mis abuelos, Andrés Antonio, Barrios Certad y María Josefa, Gerardino Barreto, siendo padrino del tío, Rafael José Barrios y amigo del también tío, Eleazar José Barrios. Existía entre Don Rafael y Don Andrés una profunda amistad, un Sacramento, un vinculo político, ya que el abuelo fue fundador del Partido COPEI en el estado Sucre y mantuvieron una inquebrantable fraternidad y consecuente comunicación. Cuando estaba niño, allá en Arenas, cerca de Cumanacoa, el abuelo Andrés, acostado en su chinchorro, me pedía le leyera los telegramas, epístolas, artículos de opinión y documentos que le enviaba su compadre. Lo hacía con emoción. Me encantaba esa experiencia.
Al exaltar esa relación familiar significo el valor que para el Dr. Caldera tenía la amistad. Realmente él fue el amigo del alma y supo vanagloriar ese rol de forma cabal.*

4. La Seguridad Social

La Seguridad Social fue tema central en su formación y expresión genuina como humanista, político, profesor, parlamentario y Presidente de la República.
Entre sus aportes, destacan: La Ley del Trabajo, la Constitución del 61, la Reforma a la Ley del Trabajo y el Sistema de Seguridad Social aprobado a finales de su segundo mandato presidencial, demuestran su compromiso con el bienestar integral con todos los venezolanos.
Lamentablemente este sistema de seguridad social fue derogado por la Asamblea Nacional, período 2000-2005, imponiendo a troche y moche, una ley centralista, estatista e infuncional.

5. El Pacto de Punto Fijo

Más allá de hablar del hecho en sí, el Pacto de Punto Fijo refleja el talante democrático de los actores políticos de entonces, toda vez que su contenido comporta una responsabilidad histórica con el interés nacional, especie de un seguro de vida para la democracia y su perfectibilidad. Supone la puesta en práctica del diálogo social como metodología de concertación de políticas públicas para una vida con calidad, promovido enfáticamente y en especial, por el Dr. Rafael Caldera Rodríguez.

6. Obras publicadas

Una fina pluma lo caracterizó durante su opima trayectoria, resaltando: Andrés Bello, Derecho del Trabajo, Moldes para la fragua, Reflexiones de La Rábida, La Especificidad de la Democracia Cristiana, Los Causahabientes: De Carabobo a Punto Fijo.
A esto se agrega los Proyectos de Ley, la Constitución del 1961, Reformas, trabajos especiales, discursos y miles de artículos de opinión para revistas y medios impresos.

7. Icono universal de la democracia

Rafael Caldera fue un hombre integral, su ejemplo siempre será una inspiración para los que luchan por una sociedad mejor.
Es un referente humanista histórico concreto para las nuevas generaciones. Su pensamiento, expresado pedagógicamente en su obra: La especificidad de la democracia cristiana, trasciende a su país y se proyecta en una perspectiva universal, pues es reconocido en las universidades y países del mundo.
Entonces su obra es un icono de la democracia venezolana y mundial, pues su dimensión multi-disciplinaria sigue globalizandose y generando enseñanzas en los ámbitos políticos, del derecho constitucional, académicos, educativos y laborales.
Un hombre de reconocida estatura moral; políglota, dominaba el francés, inglés, el italiano, el alemán y leía el portugués;  académico, parlamentario, constitucionalista, humanista, estadista, escritor, promotor de la seguridad social, y estudioso de Andrés Bello, virtudes acendradas que lo condujeron a conquistar el reconocimiento, el respeto y la admiración de Venezuela y el mundo. Fue miembro de la Real Academia de la Lengua y de la Real Academia de Ciencias Políticas y Sociales.

8. Presidente de la República de Venezuela

El Dr. Rafael Caldera será sempiternamente hijo ilustre de Yaracuy y de Venezuela, porque consagró su vida y su pensamiento a la lucha por el desarrollo de su estado natal y de su patria grande. Creador entonces de importantes obras sociales, de infraestructura y de servicios públicos en el marco del ejercicio de la Presidencia de la República en dos oportunidades, centrado en los principios y los valores en los que creyó, y en la democracia y la descentralización que el mismo impulsó.

9. Artesano de la paz

Rafael Caldera fue considerado por el Dr. Asdrúbal Aguiar como el artesano de la paz, toda vez que en su primer período de gobierno (1969-1974) fue autor de la pacificación civil, y en su segundo mandato (1994-1999), autor de la pacificación militar. Para el Dr. Caldera, la paz era la base del desarrollo nacional. Esa concepción justifica históricamente el sobreseimiento de la causa llevada al Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, que permitió su libertad con plenos derechos políticos. La decisión era exigida por los políticos, ciudadanos y medios de comunicación. Además estaba concebida en la visión del Presidente para llevar a cabo un mandato en un clima de entendimiento, tolerancia y diálogo social. En la campaña electoral que ganó Caldera, todos sus contrincantes, Andrés Velázquez, Oswaldo Álvarez Paz y Claudio Fermin, plantearon la libertad de Chávez en sus ofertas electorales. Era un clamor de la sociedad, un consenso político de la época. Fue una decisión acertada del presidente Caldera que benefició a un desacertado hombre como militar, hombre y presidente. Caldera no se equivocó, el equivocado fue Chávez. Luego, no es una utopía afirmar que toda Venezuela debe estar eternamente agradecida de los roles históricos asumidos por el imperecedero compañero de lucha, ya que en sus manos no se perdió la república sino que, por el contrario, se afirmó la venezolanidad, la identidad nacional, la cultura republicana, la participación ciudadana, el pluralismo socio-político, el pensamiento cristiano y la estructura institucional democrática del país. La debacle vino después.

10. Su nonagésimo cumpleaños

Importante recordar que un 24 de enero de 2007, en ocasión de su nonagésimo cumpleaños una comitiva de amigos tuvieron el honor de visitarlo en Caracas, y participar en la eucaristía de acción de gracias que ofició Monseñor Antonio Altimari Gásperi, el que en plena homilía expresó: “Los seres humanos siempre le pedimos a Dios y esto es bueno; pero mejor es que también le demos”. Seguidamente, ante el propio Caldera, su familia y sus amistades, que se encontraban en su casa, El Tinajero, enunció: “Con el eterno Presidente Caldera estamos en presencia de un aquilatado hombre que le pidió mucho a Dios pero, que a la par, le aportó con su magnanimidad y a través de sus iniciativas personales, institucionales y evangelizadoras”. En definitiva un hombre de Dios, un hombre de la paz.

11. Despedida del yaracuyano más ilustre

Con su partida, el mundo, la política, la academia y la iglesia perdieron a uno de los hombres más entregados a sus respectivas causas.
El Dr. Rafael Caldera feneció un 24 de diciembre de 2009, en horas de la mañana, fecha estelar del almanaque cristiano, de cuyo movimiento formó parte durante su trayectoria política, católica y académica. En una atmósfera de cristiandad, cede su alma al Todopoderoso y se eleva a su encuentro sublime.
El 25 de diciembre de 2009, un grupo de amigos viajaron desde San Felipe hasta Caracas para darle su último adiós. Acompañaron a sus familiares en el funeral esa tarde noche y al día siguiente, hicieron lo propio, cuando estuvieron en sus exequias de cuerpo presente en la Iglesia El Buen Pastor. Allí el Cardenal Jorge Urosa Savino manifestó: “Rafael Caldera fue un hombre que amó a Dios como amó a Venezuela”. Fue un hombre amado por la iglesia y por su pueblo. Supo compartir la fe, el cristianismo y la política de manera coherente y diáfana, sin antagonismos y con plena armonía, complementándose en sus distintas áreas, y propiciando un hecho histórico que hizo posible que la lucha social, el poder político y los apostolados del bien común se anudaran para darle cabida a la democracia cristiana, siempre subordinada a la ética, a la justicia social y a la Doctrina Social de la Iglesia Católica.

12. La vigencia de su legado

En Venezuela existen indelebles recuerdos, sus amistades y su fecunda obra. Por donde se pase se encuentran escuelas, liceos, universidades, viviendas, instalaciones deportivas y programas sociales que llevan el sello de la excelencia y el registro de su marca, y que impactaron favorablemente en la calidad de vida.
Desde Venezuela y el mundo, se le tributa un justo reconocimiento, por su obra y la vigencia de su pensamiento. Que su ideario los ilumine en el fragor de la lucha en esta hora menguada de la República, por una sociedad mejor, más humana, más justa, más democrática.

Autor: Rafael Parra Barrios

 

Ver métrica de este poema
  • Autor: Rafael Parra Barrios (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de julio de 2017 a las 23:43
  • Comentario del autor sobre el poema: Rafael Caldera: Culmino estas letras recordando que un 24 de enero de 2007, en ocasión de su nonagésimo cumpleaños tuve el honor de participar en la eucaristía de acción de gracias que ofició Monseñor Antonio Altimari Gásperi, quien en unas palabras inolvidables que aún conservo en mi corazón, expresó: “Los seres humanos siempre le pedimos a Dios y esto es bueno; pero mejor es que también le demos”. Seguidamente, ante el propio Caldera, su familia y sus amistades, que se encontraban en su casa, El Tinajero, enunció: “Con el eterno Presidente Caldera estamos en presencia de un aquilatado hombre que le pidió mucho a Dios pero, que a la par, le aportó con su magnanimidad y a través de sus ejecutorias personales e institucionales, acciones evangelizadoras. Dios lo escuchó y Caldera lo dignificó”. En definitiva un hombre de Dios, un hombre de la paz.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 282
  • Usuario favorito de este poema: Rafael Parra Barrios.
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.