El día en que todo cambió

Y un día cualquiera, ellas salieron, se divirtieron y rieron. Ella no sabía lo que pasaría, ni se lo imaginaba. Llegaron al que era su hogar y todo transcurrió de una manera normal pero pronto una discución se hizo presente " con quien me engañas?" dijo el "con nadie" respondió ella. Ninguno de los dos sabía que había un testigo presente, alguien inteligente (?) que pensó que solo era otra discución del montón. 

Los gritos se acrecentaron enormemente, la única solución que le vio al problema fue algo que no había hecho hace mucho tiempo. De una caja sacó su favoríta para realizar el sucio acto y entre dolor, lágrimas, gritos y sangre ellá pudo drenar un poco lo que sentía, más no era suficiente. 

En una caja de medicinas buscaba su escape temporal pero fue interrumpida por su madre quien agitáda logró decir mientras le marcaba por teléfono a un ángel "ya estoy harta, tu padre y yo no nos soportamos". El testigo atento escuchó la conversación "el me pegó en la cara tres veces e intentó ahorcárme, con un cuchillo logré defenderme, lo mordí, lo rasguñé y lo golpeé también". 

El testigo estaba asombrado por lo que había pasado, no sabía en quien confiar ni que pensar, un estruendo interrumpió sus pensamientos, era su padre entrando al cuarto, el aroma a alcohol se hizo notar, "eso es mentira!" era lo único que con su pastosa y enredada lengua podía decir además de los múltiples insultos hacia la que por el momento era su asustada esposa. 

En ese momento la mente de el testigo se puso en blanco del profundo miedo que sentía y no recuerda con exactitud como llegó al punto de las dolorosas verdades " si, yo le puse los cuernos una vez...pero no con el millón de hombres con los que me acusa de traición", "que clase de basura le estas metiendo en la cabeza?" dijo el furióso "le estoy diciendo mi verdad a ella!" dijo mientras asumía una actitud de protección.  De un momento a otro ella se pudo safár de la pelea, corrió a su habitación y con mucho sigilo colocó su chaqueta de mangas largas para cubrir las muertas de su profundo dolor, y caminó en silencio hasta la entrada de el que solí a ser su hogar, no le importó estar descálsa, ella solo quería escapar y estuvo a punto de lograrlo pero la puerta la delató y su dolida madre fue en su "rescate"..."no te vayas de esta manera mi amor" dijo ella con lágrimas en los ojos, las misma lágrimas que la convencieron de quedarse en su casa. " el ángel nos va a venir a buscar, pónle el arnés a los perros y vámos". Ella por su puesto le hizo caso a su madre, mientras acataba a la petición de esta su progenitor la trataba de convencer de que su madre era una mujer de la noche, que aprovechaba cada oportunidad para entregarse a cualquier hombre. Ella solo quería que el parase de decir esas cosas y que la dejara en santa paz de una vez por todas.

el momento de irse llegó pero su madre se demoraba y el hombre al que solía ver con cariño y como un héroe y que ahora veía casi como un móunstro quería hablar con ella, ella no quería hacerlo, tenía miedo, de hecho estaba atemorizada y trataba de hacer tiempo para no tener que hablar y escuchar las miles de calumnias y excusas que le iba a decir pero por mala suerte no tuvo mas opción que ir con el quien con su lengua enredada por el alcohol barato que estaba tomando en ese momento dijo " el que tu madre y yo nos vayamos a divociár no significa que sea tu culpa ni que te dejamos de querer entendido?", ella solo asintió y el prosiguió "te amamos y mucho y yo siempre seré tu padre...." ella sintió que el iba a decir algo más pero su madre llegó y ella solo se limitó a ir a donde estaba su madre y finalmente abandonar temporalmente ese lugar que por el momento parecía zona de guerra.

Ella solo repetía una y otra vez aquellas imágenes en su cabeza y cada vez que lo hacía le dolía más y más...ella sentía que su mundo estaba destrozado, si, exactamente era como se sentía pero no podía decirlo libremente y ni llorar como quería solo para no hacer sentír peor a su madre quien tenía la cara roja y llena de lágrimas unas más secas que las otras pero siempre salían nuevas de sus ojos. 

El tiempo pasó y ese día quedó grabado en la memoria de ella pero parecía que su padre trataba de hacer borrón y cuenta nueva porque actuaba como si nada de eso hubiera pasado y justamente eso era lo que más le enfermaba a ella se sentía como toda una hipócrita con todo el mundo, sentía que todos en su pequeña familia tenían que aparentar que todo era perfecto...casi como en una casa de muñecas...ella se sentía pésimo y cada día que pasaba hacía que su malestar se fuera intensíficando pero de todas las cosas lo que más le enfermaba ver era a su padre besar a su madre en los labios, labios que estubiéron rojos por los tres golpes que el mismo le dio en la cara. 

Ella sentía que estuvo viviendo en un mundo hecho a base de mentiras pero feliz y que un día alguien vino y destrozó, despedazó, destruyó y arrancó cada pedazo de felicidad que había en el y que de la noche a la mañana pretendía que se mudara a uno nuevo igualmente hecho de apariencias y mentiras, con la única diferencia de que ella sabía de que estaba construída de eso....pero la que creo que fue y es la presión más grande que tuvo que vivir ella fue no poder contarle a nadie como se sentía y por qué ella se sentía de esa manera. 

Ese dolor la persigue hasta el día de hoy y de hecho por momento olvida que fue lo que pasó pero después mira los ojos de su padre y se acuerda de todo eso y el dolor y el dufrimiénto vuelven a ella infectándola de rabia y un profundo sentimiento de rencor.

Hay algo de lo que ella está muy segura y es de que nunca va a olvidar el día en que todo cambió.