Cuando absorta el alma -errante-,
se embarca en una inspiración adecuada,
descubre que no hace falta buscar motivos
para transparentar la sugestiva vida...
Eres tú a quien luna sigue,
Eres tú, su astro, su sol,
Y con tu calor abrigue,
La oscuridad de su noche,
Sin motivos, va tras tuyo,
Y recuerdan lo de anoche,
No busco motivos, los encuentro por doquier, cuando estoy concentrada y todo me hace pensar en el, no busco motivos los tengo a la mano en cada amanecer. Soy un motivo cuando me quieres querer.
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