**~La Cosecha en el Valle del Kloematy - Cuento Corto~**

Zoraya M. Rodríguez

En el desierto que antes era un mar abierto, había un caracol gigante como del tamaño de un elefante. Kymar, se muda hacia la ciudad del valle del Kloematy. En ese valle existe una leyenda que el que abra la caja del muerto se queda con la cosecha. Nadie sabía qué era esa cosecha y qué tenía o qué traía. Solamente se sabía que era una gran y majestuosa leyenda que nadie se atrevía a decir. Kymar, era un joven con ilusiones. Y llega al valle del Kloematy a saber si esa cosecha era vendimia o algún fruto desconocido que sería descubierto por él. Y que entonces sería el joven más rico del valle. Kymar, vé la caja del muerto y la observa desde una perspectiva atractiva. La caja era de color anaranjado, tenía letras el manuscritos y jeroglíficos, que el que supiera leer esas letras podía abrir la caja del muerto y obtener todas sus riquezas que era obvio la cosecha sin descubrir. Kymar, no logra descifrar el código secreto de la caja del muerto. Decide llevarse una copia de esas letras tan difíciles de interpretar. Cuando de noche las expresa descifrando el significado, hace un trueno en el cielo con un relámpago de luz de una tormenta eléctrica que se avecinaba. Y sí lo descubre, pero, cuando llega a la caja del muerto, yá la había abierto. Y escucha una voz detrás de él y en vez de hablar con esa voz difunta de tantos años sale corriendo. Deja caer el papel con el resultado de las letras. Y la cosecha, que por cierto era cierta, toma el papel y se expresa de tal manera que cerró la leyenda y para siempre dejando la cosecha de su expresión en un lado de la caja del muerto. Llega un turista y lo vé, lo observa y lo deja a un lado. Era el papel de Kymar, con el significado de poder abrir la caja del muerto. Kymar, nunca más volvió al lugar porque, él decidió nunca más regresar por lo asustado que quedó. El valle de Kloematy, se quedó varado sin más cruzarlo Kymar, se quedó tan asustado que calló por un tiempo el secreto sin revelar el secreto de las letras. La cosecha de la caja del muerto quedó abierta aunque el muerto se durmió y para siempre y hablaba a gran voz desde su caja del muerto. Kymar, soñó que la cosecha era oro, jaspes, y rubíes. Y un día, regresó a la caja del muerto y encontró lo que era la cosecha. Su papel con tanto jeroglíficos y descubrió que aquello que era la cosecha era un mapa de un tesoro y que la caja del muerto estaba vacía. Vió que era un transcurso, un trayecto, un camino, una senda, una dirección y un rumbo. Y siguió el camino. Dió las vueltas necesarias para hallar el tesoro de oro, rubíes y jaspes. Y encontró otro papel que lo llevó a otro transcurso, otro trayecto, otro camino, otra senda, otra dirección y otro rumbo. Y así, sucesivamente, yá estaba cansado de coger papeles y seguir esa dirección. Hasta el final, que Kymar, logró volver a la caja del muerto y se llevó una sorpresa que en la caja del muerto no había cosecha, sino un muerto de verdad. Y éste le dice que…  -“el asesino siempre vuelve a la escena del crimen”-. Y fue el último en abrir la caja del muerto sin saber que la cosecha era la espera de la vindicta de su muerte. Y abrió la caja del muerto y sí, se trató de investigar, de analizar todo, pero, todo fue perpetrado por el mismo muerto que se había suicidado. Esa era la cosecha del valle de Kloematy.

 FIN

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  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de junio de 2017 a las 00:01
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 24
  • Usuario favorito de este poema: clonariel.
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