Después

Eduardo Cornejo

 

Azules desvanecidos,
calabozos distraídos;
detrás de lo bueno,
para robar la calma.

Miradas que vuelven,
y son descubiertas;
noches de pesadumbre
rompen las delgadas tensiones.

Mañanas tardías
huecos fríos...
estas
marchita de la piel,
desterrada del...
alma.

Rondas mi camino estéril
te hundes...
en mi pensamiento.
te acabas;
el tiempo lo está diciendo.

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