Pulchra

Filia Stellae

 

Los múltiples rayos multicolores
Perforan los vidrios transparentes,
De mi ventana ligeramente abierta
Acogiendo con amor esa calurosa llama.
Es hora de despertar, olvidar y levantarse,
La hora de nuevamente y lentamente alistarse;
Y con disgusto contemplar el reflejo.
Ahí está, otra vez frente mío,
Esa doncella penosamente arrugada
En su funesto camisón verde agua.
Se mira, se observa y se juzga,
Preguntándose sin saber por donde se empieza.



Porque está rutina tan desagradable;
Se repite sin cesar, constantemente,
Remodelando el hábito en interminable ?
Por qué el pelo montado en un moño,
La mirada pérdida en el espejo y su eco;
No dejan de ser anfitriones de sus semejantes
En un pálido y triste gesto moribundo ?
La tele silenciosa y la radio de bajo fondo
No dejan de proyectar a través mi vista y mi oído
La imagen insípida de una princesa descarnada.
La mirada de ese tacto violamente asaltado
Envía al destello del espejo su desprecio.



Una mañana y un día más, amargados,
Esperando con paciencia, ilusión y mucha fe
Que al amanecer la joven dejará esos juicios
De que su belleza debe ser comparada eternamente,
Con una monótona vulgaridad estereotipada...
Y que uno de esos hermosos días de verano,
Ella se pueda admirar tal y como es contemplada,
Una dulce mujer radiante y de piel soleada,
Con el cabello de rizos preciosos y dorado,
Con la figura curvada y de muchos deseada,
Con la mirada profunda y cristalina
Y una sonrisa resplandeciente y cálida!



Filia Stellae.

 

Autor
© Derechos Reservados 2017

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  • Autor: Filia Stellae (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de junio de 2017 a las 09:40
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 17
  • Usuario favorito de este poema: Alexandra L.
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