Cocaína

Santiago Miranda

Un toque por si las moscas van
y otro toque por si vas detrás - C. Solari


A E.R. & C.Z.

Ví a los tipos más sencillos
de mi generación en la asfixia-ante
garganta quebrada de racaída diaria
los problemas en las calles, en las casas
se repiten en la noche con el filo que abre
la vena del llanto, la coraza que en la pregunta
                                 / falla y desangra

 

Una fragilidad que se lleva dentro y se ha tomado
como centro de aquella torre derruida con mi nombre
un no saber que hacer -nuestra única sabiduría-
sin poder decir una palabra
                         / bajo los efectos del placer

 

Te recuerdo con el aura lúcida y dorada
                    /pero aquello era una ficción
en la fugacidad volátil de alguien que no ha
fijado rumbo en su mapa, pero sale proyectado
al exterior / pero aquello era una ficción

-Y el esqueleto de un inefable éxtasis temblabla-

 

Aquella noche que era el todo y nada
estaba cada uno en su propia cima y de ahí
partidos por el viento y por el cauce de energía
que nos cruzaba; la caída fue tan fuerte
                                            hermano mío
una bolsa de huesos rotos y polvo
que el tiempo aspirará

 

II

 

Ví a mis hermanos caídos en la angustia
y escuché la llamada del consumo
(no) acudí a su encuentro -no tenía
con que pagar aquella barcaza o carroza
funebre- inquieto el paso, de uno a otro
lado, sin meta aparente, es el peso
de un tiempo insoportable y un dolor
que aumenta a cada tramo, un duelo constante
que quiebra de golpe el umbral de los dolores
soportables.

 

Polvorosas noches de huida: Ahora, corre
lejos de esta casa que no es hogar
lejos del grito y del rayo
        en la paredes donde se afilan las palabras rotas
    el menaje armado, el servicio esperan en la mesa
dispuesto al ataque o la huida, de una convivencia que mata.

 

Uno que ha salido -herido pero vivo-, de aquel infierno
me ha recomendado;
Cortar/cortar con todas las ligazones lógicas
ansiedad-a-cigarro-cigarro-a-cerveza-cerveza-al-material

 

Excluir de la mínima posibilidad, hasta el aburrirse al infinito
el mismo que antes hubo sido;
Trabajar para costear los vicios, pedir fiado
vender lo que no debe ser vendido por lograr
un movimiento cerrado en aquella partida
perdida pero jamás puesta
en retirada

 

III


Ví a mis hermanos dejando toda meta en el camino
   y como forasteros en un individual socorro iban
   y venían salvánsadose como cada uno como pudiera
   y las deudas y la mentira y la culpa se agolpan
   y un punto se derrumban las paredes de esta cárcel
                                               sobre ti

 

Estar-no estar aquí, un estar siendo dejado
apropósito de lado por nosotros mismos, fuera
de todo círculo humano razonable, fuera
al torbellino de palabras cortantes
que solicitan urgentemente
nuestra calma

 

Es todo un mundo que enferma cuando has caído en el juego
apostando hasta el tuétano del delirio, la propia vida
-vuestro castigo; el placer de la condena
-carga todo el placer que pueda tu vasija
no revientes, no revientes
                         el frasco agujereado todavía-

 

IV


Ví a mis hermanos
  devastados y perdidos

 

En aquél lugar oscuro que me has enseñado
yo allí pasé de largo, yo jamás crucé la puerta
allí descendiendo el sótano de la culpa aniquilante

 

El cuerpo se petrifica y el pensamiento
tropieza en tropel a los abismos
atropellando cada palabra con un sonido
semejante
           e inentendible incluso para ti

 

Ahora que entro al círculo de fuego
dejo todo, atrás y el cansancio
y todos los sueños suspendidos
desplazados, anulados, jamás
abran nacido de esta pena
-en tu dolor me reconozco
pero aunque quisiera no lo siento
este dolor no es mío, de su peso
     hazte cargo-
               Inhalo-exhalo:
               mi corazón estalla.

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  • Autor: Santiago Miranda (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de mayo de 2017 a las 23:44
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 64
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