Oda a las musas

Kevin_AfGo

Dos musas ellas son, mas

solo comparten entre ellas la lira orfeica.

Esta lira no se ve, se siente,

esta lira no es de madera y cuerda, es de sueños y pasión,

esta lira no la escuchas, te envuelve y asfixia con

la promesa de levar el ancla de la mente.

Quisiera hablar de ellas pero…

¿Cómo puede un simple mortal

hablar de los sonidos de carne y hueso

que tomaron forma después de nacer

en la dulce flauta de Pan?

 

La primera musa, aquella con el nombre

del blanco clasicista, de la primera luz que

guía al navegante hacia su destino;

sus ojos son verdes como sólo puede

serlo la esperanza de un mundo de inocencia

y cantos amorosos; su pelo tan ardiente como

agresivo es testigo de la lucha de Doramas, es

un servitium amoris porque cada hombre que

lo toca, cae abatido al suelo con incandescente corazón

que late por enfriarse al no soportar tal arrebato.

Yo la conocí como la musa del carpe diem.

 

La segunda musa ¡Cuán metafísica!

Posee una piel tal como el vellocino de oro,

que es pálida como la muerte, porque en su piel

van a morir los sufrimientos de los inocentes.

Ella no tiene alas, ni destella en las sombras,

tiene pezuñas que nunca se sacrifican

en el nombre de Él, y sus palabras

son como lana que se esquila para proteger al

agricultor que somos en la vida, del frío que

el viento del norte caciquista sopla sobre nosotros.

Yo la conocí como la musa del ditirambo.

 

Fimbultýr

  • Autor: Kevin_AfGo (Offline Offline)
  • Publicado: 14 de mayo de 2017 a las 07:35
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 180
  • Usuario favorito de este poema: Lita_81.
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Comentarios1

  • Lita_81

    Precioso poema a las musa, cada una de ellas dilatadas con suma pasiĆ³n .
    Gusto leerle.
    Saludos



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