nueve vidas bajo tu pecho..

Quizá era totalmente absurdo regresar al lugar donde fuimos y ya no somos, re-leer todas esas cartas antiguas que aún guardo en el desván, desempolvar los pétalos de rosa que disequé para usarlos de separadores, hacer tu lado de la cama cada mañana sin falta, como si esta noche fueras a dormir bajo mis sábanas; es rotundamente absurdo seguirte escribiendo ,más sin embargo guardo millones de escritos bajo el colchón que se nunca leerás. Había logrado olvidar que te extrañaba , hasta que me encontré con tu cigarrera y aquel encendedor que te escondí para terminar con aquel vicio sabiendo que bien podías ir a la abarroteria por otro... tropecé con tus partituras viejas para recordar el apasionado músico que solías ser antes de tornarte en este lecho de clavos y alfileres sobre el que duermo cada noche. Tu lado poeta ya no existía, tus ojos no miraban igual, ya tus manos no encajaban con las mías; me escapé de tu espalda y me escondí en tus costillas por que yo aún te quería y no era que no entendiera sino que no quería querer...
Ni con nueve vidas bajo tu pecho me ha bastado para no extrañarte, incluso aunque hubieran sido más, hasta menos, no tendría la fuerza necesario para asimilar la falta que me haces en esas tardes cuando preparo dos tazas café en vez de una, quizá por falta de costumbre o por terca y aferrada, esclava del ayer pensando en un mañana a tu lado. Y ciertamente puedo decirte que me quebraste aquel día que al poner mi mano sobre la tuya tus dedos no buscaron entrelazarse con los míos... antes lo hacían, seguido de un beso en la mano o hasta en la frente, pero ya no más... ¿porqué ya no?.
Es inútil seguir bajo tu pecho cientos de vidas más si con nueve ya haz tenido suficiente de mí... y de este pobre cariño.