Desearía poder decirte lo que en mi corazón guardo pero es que somos tan distintos tus ojos verdes como la naturaleza y tu personalidad tan fresca como el agua rivalizan con mis ojos cafés como la dura madera y mi personalidad tosca como la arena.

Pero sabes cuando pienso en que la arena y el agua pueden ser hermanas y que la madera y la naturaleza pertenecen aún mismo círculo crece en mi una pequeña llama que hace que mis ojos brillen, mis músculos se tensen y mi corazón lata con la intensidad suficiente para que se salga de mi pecho y eso solo con el simple hecho de verte, de que me hables.

Quisiera dejar de ser una chiquilla para que al final de aquel proceso pueda encontrar tú corazón unido al mío. Sin embargo no es tan fácil y mientras lo logró tendré que conformarme con la banalidad de que aunque mi corazón es de tú propiedad el tuyo es inalcanzable.

Como me gustaría saber que el hilo rojo atado a mi meñique coincide a la perfección con el tuyo y que al final los extremos están destinados a estar juntos.

Son solo esperanzas vacías y al final la realidad es otra una en la que hay un abismo tan grande que imposible mirar el otro lado

Por Dios en verdad deseo ser para ti algo más que una alumna...