Pensamientos nocturnos

Hace varios días que en mi mente habitan pensamientos abstractos, pensamientos que no se van, que permanecen.

Me es difícil expresarme y más si se trata de ti, me haces sentir algo inexplicable, como si te quisiera con toda el alma.

Siempre voy a abogar por ti, a pesar de cualquier cosa. Te llevo presente a cada paso, eres quien con su alegría me ayuda a olvidar por un momento la terrible cacofonía de la borrasca.

Te recuerdo cuando veo el ocaso, cuando llueve o incluso cuando el día parece primaveral. Quiero tenerte siempre conmigo, y no es un capricho.

Mi corazón es benevolente, y cada que miro tus ojos se abrevia, y se destroza, como si tus ojos fueran terribles armas bélicas.

No quiero blasfemar, pero puede que yo sea la mejor opción para ti, pues nadie va a quererte como yo. Nadie verá en ti lo que yo veo, un terrible acertijo que me inquieta querer descifrar.

Es difícil plasmar todo el paraíso que provocas, es por eso que escribo esto, este candor texto para expresarte a ti, amado mío, que provocas un alboroto extraordinario en mi cariz.

Te recuerdo aún cuando estás lejos, en cada canción apareces irremediablemente, todo me conduce a ti, es como un río, que desemboca en el mar de tu incomprensión, y ahí voy, errante, en una barca de desesperación, siempre cayendo y ahogándome en tu aroma.

Mis labios abstemios del licor de tus besos, inquietos me piden a gritos que salga corriendo a buscarte, pues desespero.

Quiero citar a un grande, cuyo nombre no es muy importante, sino las palabras que dijo que me hacen recordarte: "Al cerrar mis ojos veo los tuyos, con amor mirándome otra vez”. Espero que cuando leas este texto insolente, quizá un poco capcioso, te des cuenta que no hay más que propósitos benignos en mi corazón.

Pues lo único que quiero es que vengas a mi lado, que te olvides del reloj, y que sea lo que deba ser.