Me hago viejo,
como lo son las ruinas de una casa abandonada.
Los años ya no me sostienen,
han perdido conmigo la paciencia.
El tiempo me ve pasar,
y a mis ruegos se muestra indiferente.
Me hago viejo,
lo presiento.
Ya la debilidad me tiene acorralado.
Tal vez, no me atrevo a pensarlo,
a un escalón estoy de ser pasado,
de despedirme dejando todo atado.
A la misma distancia me encuentro
de un pésame que de un le acompaño en el sentimiento.
Como salmodia de fúnebre tañido de campanas,
mi quejido da fe del duelo y las exequias.
Me hago viejo.
De mi mismo comienzo a ser un testimonio,
una fotografía de un antes y un despúes,
unos centímetros de vela
de una llama que acabará por consumirse.
Mi piel son hondonadas,
un cortejo de arrugas
que, como tatuajes, lucen
costuras y remiendos mal cosidos
a los que ya no alcanzan ni el hilván ni el hilo.
Me hago viejo.
Los huesos se me han vuelto esquinas
de los que la carne parece desprenderse.
Las venas se me afilan y el corazón se agrieta,
mientras en mi yacija la noche persigue el sueño.
La soledad, mi triste compañera,
en el jergón sobre sí misma acurrucada.
Soy una vela descosida
de un barco a la deriva.
¡Mas pareciera un Adán
al que vistiera el desaliño!
Soy viejo.
No me engaño.
Los años han pasado por mi ventana
sin que pudiera retenerlos a la puerta.
"La alcancía de la memoria" (2013)
http://www.islaserrantes.blogspot.es
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Autor:
Ringo Stax (
Offline) - Publicado: 17 de abril de 2017 a las 04:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Y del Ávila, pani, Inexistente, Lolaila, Alexandra L, María C., David Arthur.
Offline)
Comentarios7
La tristeza de estos versos es ineludible. Ojalá podamos mantener el corazón joven y optimista en los años viejos para mitigar al máximo posible el ánimo desvencijado que se manifiesta tan crudamente en estas agudas metáforas. Un abrazo Ringo!
Yajaira del Ávila
Muy agradecido, Yajaira de Ávila, por tu paso y apreciado comentario.
Un abrazo.
Y ahí... sin querer somos tripulantes en el mismo barco.
Y que nos enrolen siempre.
Muchas gracias por tu atento comentario, Inexistente.
Un abrazo.
el paso del tiempo, ineludible, pero hay que afrontarlo sin dejarnos vencer a pesar del infortunio
saludos Ringo
Muchas gracias, amig Liborio.
Un abrazo.
Lamento decirte amigo que si puedes verte envejecido es porque aún estás vivo. De otra manera serías recuerdo.
El poema es precioso y refleja una realidad entristecida.
Un abrazo y te espero en la vejez.
Muchas gracias por tu paso, querida amiga Beatriz.
Este poema es un pequeño reconocimiento, a la gente mayor que no vieja. A mí aún me quedan dos o tres escalones para llegar a esa edad en que todo se percibe sin prisas.
Un cariñoso abrazo, amiga.
Tus profundos versos reflejan la paz de lo inevitable, todos envejecemos, el secreto creo esta, en como sentimos que envejecemos, estamos satisfechos de lo vivido, aceptamos como un proceso normal lo que nos sucede, o estamos en negación, un buen tema este que nos compartes Ringo. Lectura para reflexionar.
Un abrazo, feliz tarde, noche, Alex.
Muchas gracias, querida amiga Alex.
Creo que has puesto el dedo en la llaga al decir que si estamos satisfechos con lo que hemos vivido. ¡Quedan, siempre, tantas cosas por hacer y aprender! El tiempo nunca es suficiente.
Un afectuoso abrazo.
El alma de los poetas, nunca ENVEJECERÁ, seguirá eternamente
joven
El cuerpo si, y a veces PREMATUYRAMENTE envejece por los avatares de la vida que eso hace, es LEY morir....a su debido tiempo, no A N T E S, eso es una ABERRACION marchar dejando sueños, proyectos, vidas, amor, y família.
Un gran abrazo.
Querida amiga, la vida es maravillosa, pero, a veces, también resulta cruel. Todos tenemos sueños y, a veces, no llegamos a cumplirlos. Así es la vida y nos resulta difícil aceptarlo.
Un abrazo y siempre enviándote todo mi ánimo, aunque no sea suficiente.
Riiiiingooooooooooooooo !!!
Ay, que has dado en el clavo, los NUESTROS TODOS SE ACABARON DE SUEÑOS!!!!!!!
Todos envejecemos Ringo, pero algunos mantenemos la juventud en el corazón.
Un abrazo amigo,
David
Ese es el espíritu, querido amigo David. Has dado, como le decía a Alex, en el clavo.
Un fuerte abrazo.
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