¡Muy bien! Debo decirte
fierecilla indomable
que ya se cansan mis fuerzas
para correr tras tuyo.
Que en mis deseos quiero asirte
a mi trato dócil, amable, 
y en un arte de sapiencia y destrezas
pueda doblegar tu orgullo.
Extiéndeme tu misericordia, Amada.
Levántame del polvo en que me bato.
Si tú de sutilezas no sabes nada
¿Por qué dejas que te quiera tanto?
- 
                        Autor:    
     
	Mallez (Seudónimo) (
 Offline) - Publicado: 13 de abril de 2017 a las 00:08
 - Categoría: Sin clasificar
 - Lecturas: 78
 

 Offline)
			
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.