Maldita mil veces maldita, necrofila amante de la muerte, eso lo que eres y ni a eso llegas. No llegaras jamás a amar, estas obsecionada solo eso, alguien tan maldito no puede amar ni a la llaga que le mata y le arrebata su calvario.
Maldita mil veces maldita, maldita tú, tu descendencia y tu familia, maldito el viento que te tiene viva, maldita la tierra que envenenas con tu caminar. Maldita la vida que te concibio. Maldito el tiempo que me robaste.
Lo dije una ves con el dolor de mi alma, y no me equivoque maldita estas. Más no quiero escupir odio, no sería más que propagar tu veneno y eso es lo que pretendo expulsar de mi corazón. Has causado caos dentro de cada neurona, te llevaste la paz, la calma, la paciencia y el amor para pisotearlo en tu guarida, maldita mujer endiablada, sabrá Dios cuando te alejaste del amor y decidiste odiar y destruir, sabrá el cielo cuando renegaste de tu corazón humano para revolcarte en la locura endemoniada que ahora padeces.
Te perdono aún con mi sufrir hermosa criatura, tu belleza está en el recuerdo de tu inoscencia. Te perdono pues no es mi deber juzgarte, entenderte, amarte o tenerte. Haz venido a dejar maldad para llevarte la bondad que necesitas, te la doy te perdono y te bendigo. Te obsequio mi más sincero sentir, mi sufrir y no he de negar nunca la maldición que padeces, no, no te maldigo pues ya estás maldita.
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Autor:
ACL21 (
Offline)
- Publicado: 11 de abril de 2017 a las 23:27
- Comentario del autor sobre el poema: El perdón nunca es merecido, es más bien un acto de amor profundo hacia la vida, no hacia quien nos ofendió. Es amor a la vida. No, nadie merece el perdón, es una capacidad digna de un gran ser humano dispuesto a crecer. En el perdonar a los demás está la recompensa del ofendido.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 16
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