Intimidad física

Mrjazon

 

Nunca podremos comprender la demanda de parte de Dios respecto a la pureza sexual, hasta que no reconozcamos la profundidad de las implicaciones físicas y emocionales relacionadas con la intimidad física.
Muchos no- creyentes ven la relación sexual como una función del cuerpo humano, de igual significado que rascarle la espalda a una persona. Estos se involucran en el acto sexual cuando lo desean y con cualquiera. Mientras que este estilo de vida es una afrenta a los valores bíblicos, son muchos los cristianos que muestran la misma falta de respeto por expresiones de menor intimidad física. Estos creyentes consideran como nada, los besos y las caricias provocativas. Me temo que aunque es cierto que generalmente los creyentes poseemos un código moral más elevado que el de nuestros vecinos inconversos, nosotros al igual que ellos hemos perdido de vista la profundidad del significado de la intimidad sexual.
Una buena amiga me dijo en cierta ocasión que "los hombres suelen considerar el aspecto físico como una simple experiencia".

- La perspectiva desde el punto de vista de las chicas es bastante diferente – me dijo ella-. Besarse y ‘acariciarse prolongadamente‘ posee un significado muy precioso y profundo para la mujer – continuó diciéndome -. Es la manera en que le entregamos nuestra confianza, nuestro amor y nuestro corazón al hombre que amamos. Son expresiones que nos hacen muy vulnerables.

La intimidad física es mucho más que el choque de dos cuerpos. Dios diseñó nuestra sexualidad como la expresión física de unidad matrimonial. Él la protege con cuidado y ha colocado muchas condiciones sobre la misma, precisamente porque la considera extremadamente valiosa. Un hombre y una mujer quienes comprometen sus vidas al contraer matrimonio, adquieren el derecho de expresarse sexualmente el uno con el otro. El esposo y la esposa pueden disfrutar de sus cuerpos porque en esencia, se pertenecen mutuamente. Pero si no está casado, no tienes ningún derecho sobre el cuerpo de esa persona y tampoco tienes ningún derecho a la intimidad sexual.
Quizás estés de acuerdo con esto y planeas guardar la intimidad sexual para el matrimonio. Pero en tu opinión consideras que las "actividades físicas" tales como los besos, las caricias prolongadas acompañadas del manoseo sexual no son la gran cosa. Pero es necesario que consideremos seriamente algunas preguntas. Si el cuerpo de otra persona no nos pertenece (o sea que no estamos casados), entonces ¿qué derecho tenemos de tratar a aquellos con quienes nos relacionamos de manera diferente a como lo haría una persona casada con alguien que no es tu cónyuge?

- Pero – me dirías – eso es algo completamente diferente.

¿Crees que lo es? Nuestra cultura nos ha programado a pensar que la soltería nos permite una licencia para jugar neciamente con otras personas, para probar de ellos emocional y físicamente. Ya que no estamos casados con nadie en particular, podemos entonces hacer lo que queramos con cualquiera.
Pero la perspectiva de Dios es completamente diferente. Él ordena lo siguiente: "honra el matrimonio y protege lo sagrado de la intimidad sexual entre esposo y esposa" (Hebreos 13:4, traducción del traductor).
Esta honra de lo sagrado de la sexualidad entre esposo y esposa comienzan ahora y no después de la boda. El respeto por la institución del matrimonio debe motivarnos a protegerlo a toda violación y debe comenzar cuando somos solteros. Esto lo podemos lograr al reconocer el profundo significado de la intimidad sexual – a cualquier nivel – y rehusar robar para nuestro deleite estos privilegios antes del matrimonio.

Fragmento tomado del libro “Le Dije Adios a las Citas Amorosas”. — Joshua Harris

  • Autor: Mrjazon (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de marzo de 2017 a las 02:24
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 53
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.