El sujeto inenarrable

Santiago Miranda



Escribir no significa convertir lo real en palabras sino hacer

que la palabra sea real - A. Roa 

 

I

Tantos sueños, que contamos con dedos solares

veta de luces sonoras, campo de sueños polares

tanto orden -alfabético y quebrado- tanto cuento

habiendo tanto lo sentimos; es esta nada, opresión

de aire, batiéndonos a un duelo de muerte (no)

(tememos) entre lo que pretendemos ser y lo malvado

(que pretendiéramos) culpando, a otros de expectativas 

en la recursiva que imaginamos pensando

sobre nosotros mismos creímos que ustedes creían primero

actuamos, a través de omición e indecisiones

desmenuzando nubes, nuestra carne primaria

besa el recorrido frugal bebe de la mirada

 

II


Ella 

la insoportable

estigma, de mi pérdida

ella, fantasma que me habita desolado

esta noche mi cama está vacía, esta cama-noche perdura

inmortal en el vacío, ella también es noche

pero yo (vendría) siendo día o vacío o incluso ella, sí

ella, siendo acontecimiento mutable

ella, siendo pasado aún antes del primer encuentro cercano

ella, gatillando a mansalva fuego en cualquiera de todos

estos instante de mi consciencia fuera, o dentro de la consciencia

ella, siendo palabra o siendo poema, escapada entre líneas blancas y negras

vendría siendo fundamentalmente mi silencio

núcleo inefable (palabra horrible y encantada de misterio)

 

III

Llámalo, pena -o como quieras-

llámalo terror, burda fachada

- porque no es, porque no puede ser 

lo dicho- llámalo sujeto, edificado de fragmentos

de otros, de posibles, mundos o quiebres concretos

como quieras, continuamos el internar - nombrando

por que aún creemos en la palabra -magía de palabra-

ensueño, la combinación correcta puede estar a la vuelta

del sentido, de la palabra, del poema, a la vuelta (al ala circular

de este cuarto) posiblemente izquierda, pero continuamos

con paciencia sagrada aúnque no haya

nada por decir que nos importe, ya todo estuvo

( incluso lo en tre di cho) programado

aquí en lo funcional de un sistema inestable

- mantenemos el respiro, entre las cuerdas evadimos el abismo-

el piso cede, el mundo cae, el poema sigue su curso indefectible

desde el silencio a su ligazón dívina con el resto de los suyos

nosotros podremos no volver jamás a la vasija, de los cuerpos

de las (ya no más) faltas y alegrías, de energía, al paraíso

del olvido al estruendo y vice verso partido, de la luz a la región sombría

ví c versa, ya que fuímos movimiento, no quedó otra

que intentar buscarle el sentido, a la fluctuación, al verso

 

 

 

 

 

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  • Autor: Santiago Miranda (Offline Offline)
  • Publicado: 21 de marzo de 2017 a las 23:47
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 70
  • Usuario favorito de este poema: maria1314.
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