¡Cuánto, la desgracia, duele!
Grises ¡ayes! de agonía;
Pesada melancolía,
Cuando gente humilde muere;
El que tiene nunca quiere
Exponerse, garantía,
En su enorme cobardía,
Fuertes refugios adquiere;
Sin embargo, poco duran
Sus cuidados tan prolijos
Pues los males se acentúan
Y llegarán a sus hijos:
Y los que ahora se burlan
Mañana querrán cobijos…
Comentarios1
A nuestros hermanos de todo el mundo, en especial a los que han sido azotados por alguna desgracia, como el Perú, con inundaciones, les dedico este sonetillo; a los despiadados millonarios que siguen incrementando el calentamiento global y provocando, al mismo tiempo, tantos males, también...
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