Este no es un poema de amor.

Cualquiera que no te conociera,

Que no me conociera a mi cuando era tuya,

Diría que te mereces mi odio,

Que no debería recordarte con tanto aprecio,

Que de nada sirve el apego.

Pero, aunque hayas jugado con mi corazón,

Aunque me hayas elevado al cielo

Y luego hacerme conocer el subsuelo,

Aunque prefirieras sus brazos

Abrazando tu cuello,

Que mis palabras

Besando tu alma,

Aunque me hayas hecho perder el tiempo,

Aun después de toda nuestra mierda

Yo te quiero.

Porque al ver tus ojos

Me sentía en casa,

Porque tus risas

Me llenaba el alma,

Porque tu consuelo

Me devolvía la calma,

Porque no elegimos a quien querer

Y a quien olvidar,

Y por arte del azar

Yo te quise sin pensar

Y ahora te quiero olvidar.

No te voy a mentir,

Varias veces le pedí al destino

Que un día me deje estar contigo,

Y que reemplace esas noches leyendo tus textos,

Por una cerveza y varios pretextos

Para no dejar de mirar tus ojos

Y sentirme en casa

A donde sea que vaya.

Me disculpo por varias cosas:

Por no poder decirte esto,

Por ponerlo en este texto,

Donde no lo leerás,

Donde no lo entenderás,

Donde quizá te preguntes

Si se trataría de ti,

Y la respuesta sería sí.

También me disculpo

Por ser tan grosera

Aquel día en el que tuvimos

Nuestra última pelea,

Era tonta e ingenua,

No entendía tus razones,

Pero al final,

Comprendí:

Que me querías.