1- EXHIBICIÓN DEL TROFEO 2- EL NAZARENO

RICARDO ALVAREZ

    1-       EXHIBICIÓN DEL TROFEO

 

Un guante aprieta el gatillo 

a la cabeza del alce que vuela 

entre el metal y la esquirla, 

en el pasto que era su huella 

se abre la arpillera y 

con la boca abierta del saco 

entran bacterias esterilizadas 

junto a vidrios rotos de la ventana nocturna 

donde el forestal de frutos quedó vacuo. 

El cobarde cañonazo en distancia 

no es disparo de hambruna. 

Grito de júbilo en la intemperie 

proclama la fauce egocéntrica, 

con dientes que brillan en la espesura 

del bosque que expulsa hedor 

a moscas pútridas en su huida. 

Pero el lobo de la bala 

es buen anfitrión 

de todo lo que cabe en su vitrina 

de paredes condecoradas, 

de cabezas bien conservadas 

con ciencia taxidermista. 

Luce medallones o hace negociones 

después de huir con temor 

fugitivo de árboles altos 

amparado con la historia 

que narrará sobre el cómodo asfalto, 

en una cómoda sala de ilustres invitados 

cuando taña el martillo de subasta 

esos cuernos bien tasados. 

 

 

Todos los derechos registrados en Safe Creative & Published Word Press Poetry

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 2-   EL NAZARENO

 

El pan de los vinos nutrientes derramó por la copa,

y no quedó ojo humano sin llorar por tu sangre.

Las espinas de tu corona para mí son rosas.

Bellas rosas. Rosas sin espinas.

La cruz del dolor de los dolores,  fue un cantar elevado al cielo.

Grito de unión  para los oídos del mundo cosmopolita.

En el  universo babélico aun tu Voz repica y se empapa

como pintura retratada en matiz para el ojo que llora

y la mano que obra.

No hubo brumas ni neblinas a la pureza de tu linaje,

en el vástago del cielo aún germina tu prosa.

 

¡ No hay dolor humano que no padezca tu dolor

ni sentimiento que se acerque a tu amor ¡

 

Es vano ahondar los pasillos internos del ser buscando heridas

ya que no hay arma tan letal como la del amor que aplicaste.

 

Cuando la sangre se te derramó en el desierto del calvario

como oasis de brebaje a los necesitados.

La tierra guardó en su matriz toneles de follaje,

elixir de tu palabra,

fundamento para tus futuros hijos pródigos.

Riqueza de tu legado de fe,

testamento eterno de tus actos osados.

 

¡OH. Cristo.  Nazareno¡

No sé sí el celeste esencia de las rosas

fue tu sangre púrpura,

que baño los pastos y mares, soles, ríos y piedras.

 

¡Que importa el color de tu piel ni el matiz del pelo ¡

No sé si hablaste en hebreo o latín, Idish o dialecto

¡Que importa que lengua hablaras ¡

 

El moho aún se hace hierba en  tu jardín,

a la palabra de Tu Canto Vivo Universal.

 

 

 

Todos los derechos reservados en Safe Creative

 

  • Autor: RICARDO ALVAREZ (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de febrero de 2017 a las 09:36
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 14
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