El amor.

Arsenio Uscanga

- Pasa, toma asiento. ¿De qué quieres hablar?

- ¡Del amor!

- ¿Qué chingados es eso?

- Eso quiero saber Dr. Corazón, me han contado que usted escribe acerca de él.

-Estas en lo correcto, escribo, pero aún sin saber del mismo. Solo lo plasmo de la manera en que suelo imaginarlo.

- ¿Qué podría ser amor? ¿Cómo se siente?- exclamó mientras encontraba acomodo en aquel viejo sillón.

-El amor es precisamente eso que se siente sin saber cómo ni cuándo, y nos cala todos los sentidos antes de detenernos a pensar si acaso es una bendición o deliberar si es un invitado no deseado. El amor, querida amiga, es la cosa más trágica del mundo porque no pregunta o entiende por imposibilidades, y ahí le tiene a uno buscando agua en el desierto para saciar la sed de sentirse un poco querido.
Es el proveedor de los insomnios más bellos que puede tener uno, cuando se es correspondido, pero le arde a uno en el mirar cuando no halla reciprocidad en el mismo. ¡Y no, querida, no siempre es recíproco! A veces uno dibuja paisajes para ojos que jamás han de observarlos. Y también se gasta el cuerpo buscando que tus hendiduras encajen en recovecos ajenos...

-Creo que el amor es darte cuenta, que incluso siendo correspondido o no- dijo de manera tímida- basta con sentirlo para sentirte un poquito más humano y eso no deja de ser amor.

- Y recordar que el amor es dejar de pensar tanto y cuestionarlo todo y entregarse a sentir. Es el retorno a la realidad de ser humano y sentirte capaz de querer y/o ser querido. Es aquello que te pone en el aire para luego recordarte lo duro que es el suelo.
La realidad más cotidiana que tiene la vida en los días de los mortales, para recordarnos que no todo se puede tener.

- ¡A mí me gusta enamorarme! - Y su voz chillona me hizo recordar que permanecía ahí- Porque es la cosa más bonita, el sentir que creas algo con un ajeno, sientes el placer de creer en la complicidad.

-El amor son los vacíos, los espacios que se quedan o se completan al lado de otro magnífico ser, porque para bien o para mal, todo amor termina llevándose o aportando algo nuevo. Es la confianza en las manos de quién podría matarte con su partida, las verdades que nadie conoce de tu cuerpo, son dos sexos dibujando el lienzo del amor entre las sabanas.

-Y también esta lo que no es amor, cosas que confunden tantas veces las personas - Interrumpiendo con su voz apasionada inminentemente. 

- ¡No es amor, sentirte solo en compañía de alguien! Hay tantas cosas que no lo son, y las disfrazamos de pequeños errores que se dispensan con "Te quieros" que son solo dichos por bocas arrepentidas de hacerle daño a tu persona, pero jamás a tu amor.
Es que el amor no tiene forma ni duración definida, por eso es una duda constante. Y depende de todo aquello que hagas para mantenerlo con vida y con ello la tuya. Todo aquello que tomas mientras la realidad no lo golpea, mientras la rutina no le somete, mientras te queman los labios por besar a quien desprecia tus besos.
¡Ay, tan bello es el amor y tan crueles las personas! Que lo envilecen, que lo enrarecen y lo golpean hasta dejarlo en un estado lastimoso. Porque hay que admitirlo querida, el amor que se comparte con la persona adecuada es bello aun cuando caduque.
Pero cuando uno entrega el cuerpo y alma a quien no le quiere, es la tortura más despreciable del mundo.

-Y al final justificas todo el daño, toda esa ansiedad ante apenas un acto de amor- Interrumpió de manera oportuna de nuevo-.

-Amor es ser yo a través de otra persona, afrontar a veces los miedos ajenos y apoyar las empresas imposibles por ver feliz a quien queremos.

- ¡Y. -Exclamó con la energía en su voz de quien descubre el santo grial- amor es ponerme por encima de todo, y no dejar que me pisoteen, porque amor tampoco es justificarlo todo!

-Cariño el amor a veces nos hace cegarnos a la realidad, no importa cuán arraigado este el amor propio en nosotros, en algún momento de nuestra vida hubo o existirá una persona que nos romperá de a poco y por completo, sin que queramos verlo.
Tan ciegos tantas veces por cariño, que terminas olvidándote de ti en el camino.
Y empiezas aceptando ausencias que comienzan en horas y evolucionan hasta convertirse en abismos donde lo único que cabe es el desconcierto. - Callé de golpe, mientras sentí los ojos humedecerse lentamente-. ¡Alguna vez hubo alguien! - lo dije con esa voz que quien detiene un raudal de sentimientos -.

Y me levante para partir sin rumbo fijo.

  • Autor: CALV. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de diciembre de 2016 a las 00:08
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 56
  • Usuario favorito de este poema: nelly h.
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