Geta vitae. Emprendedorum life.

 

Emprendedorum life.

 

Sobraba aire sucio, charcos contaminados, huertos arruinados, trabajadores hechos ceniza, naranja

en los árboles sin recoger, explotación laboral, un progreso flaco para una humanidad cuestionada por la ciencia, condenada por la religión, y abandonada por la política, cuando se celebro el congreso de vall d´uixo de life ecocirtric, que venía a salvar lo único salvable. Las cenizas y todo lo que sobraba para hacer negocio con ello. Maximas getas de nalgas aposentadas en butacones capaces de estrangularlos si se los movían , proyectaban sombras en su cueva. El lugar lleno de telarañas que envolvían en la oscuridad monitores y ocultaba a los fantasmas.

Moviéndose sin la sábana delante de la pantalla, en aquellos lances anglo ibéricos, el chico del chaleco verde con el número 3 pintado en su espalda, recién licenciado en ciencias de la ruina, hacia su ponencia con cara de beato, llamado a este estado de estupidez ahora emprendedor, señalando con el puntero la pantalla táctil al auditorio progresista declamaba:

Todo lo que está arruinado da dinero.

Por ejemplo, vean esta cosecha que no se ha recogido porque el calibre de la naranja no llegaba a los estándares alemanes. EL agricultor se ha arruinado. Ahora podemos alimentar a los cerdos y a los buitres a muy bajo precio, casi de saldo. Eso es vida. Nuestra empresa tiene como misión una lucha en desiertos, en vacíos, una guerra por el reciclado, un asco por el despilfarro. Ni sueldos altos, ni alegría. Todo control nace de lo arruinado. Dominamos lo marchito. Y para eso hace falta un profundo conocimiento de lo marchito.

Un impulso romántico, esperpento gótico hizo romper al auditorio en aplausos para que entraran concejales a poner un poco de hielo:

Un futuro donde nada sobra, es un futuro sin dueño.

He aquí el espíritu emprendedor de nuestro pueblo, donde todo el mundo tiene cabida según sus capacidades.

 

Nosotros los políticos debemos ser el puente, ese trampolín entre el que no pasa los estándares culturales que le permitan la adaptación, y las empresas que puedan utilizarlos.

El reclinado de personas a través de los ciclos.

No muy lejos del auditorio, hacían equilibrios como un tramoyista el populacho más castigado en lo alto de los naranjos, lidiando entre la necesidad y el trabajo. Callejuelas entre los cajones que formaban una negra hilera de nueve alturas, paseaba su sombra con el capazo rebosante regalando tres capazos al empresario, y una mordida del 50 por ciento en el resto de capazos que recogía arqueando la espalda bajo las ramas o estirando el cuelo como una jirafa.

Así el campo valenciano tocaba la miseria decimonónica en pleno siglo XXI pese los anuncios de crear sinergias entre el sector del vino y el citrícola por parte del innovador proyecto Sudoe Winetech haciendo más embriagador el peso de las cadenas.

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Angelillo de uixó.