Déjame aprender a ser...

Las horas pasan y el reloj no para de girar

con una velocidad fugaz difícil de controlar,

se lleva todo a su paso, a veces impide mirar,

la belleza de la vida con mil colores para dar.

 

Ahora observo, como de chicos nos dirigen el andar

¡Levántate, muchacho del carrizo! Pa’ que vayas a estudiar

y no seas como burro, llevando yuca al palmar;

sino ingeniero o médico, del barrial me vas a sacar.

 

También nos llevan al músico. ¡Guitarra vas a aprender!

de paso llega ordenando, ¡Sentado comienza a leer!

letras que están en chino, ¿Cómo las voy a entender?

mirando a la bella niña, lo único pa’ entretener.

 

Después a la natación, ¡Quiero que nades como campeón!

sino pa’ el béisbol y con mucha fuerza des un Jonrón,

 y tu queriendo jugar con tierra, como cualquier otro tripón,

sentado haciendo autopistas y pasear en un camión.

 

Es así como formamos a nuestros hijos como un copión

lo mismo que hicieron mis padres, lo repito siguiendo un guión,

sin dejar a los pequeños experimentar su propia acción;

viviendo su propia vida y disfrutando con pasión.

 

Que grato diferenciar como padre, en el niño su existir

de disfrutar un suave beso, un abrazo de gran sentir,

una palabra de aliento que permita percibir

el amor cálido humano, camino del buen vivir.   

 

Ha llegado la hora de enmendar nuestro accionar

de cortar tajamente, la creencia de ordenar

la vida de otro cristiano, enseñando a caminar

a un potencial atleta, más rápido que un jaguar.

 

Procuremos con firmeza organizar un plan

que nos dé luz al camino y así ver como gavilán,

las oportunidades del presente, pa’ luchar con mucho afán

en la búsqueda del sueño, con la fuerza del caimán.

 

Apoyemos con esperanza, a la semilla que hoy florece

para brindar su gran olor, a una sociedad que se merece,

frutos de gran valor que alimenten al que crece

en esta mi Venezuela, en la que siempre amanece.

 

Sigo convencido y apoyado, en mi Dios eterno amado

el que nos brinda su claridad, para ver ya despejado

un horizonte enorme, con talentos ya formados

que trabajen con amor y esfuerzo concatenado.