10/07/2014

Jorge Guerrero

Hoy me escabullí a un rincón de la ciudad, era una librería, más bien un bazar de libros, que irónico es que sea un pequeño local sobre Instituto Literario. Me adentre en aquel pequeño lugar donde algunos títulos han de parar después de haber recorrido un largo trayecto, pasando de mano en mano, quedando olvidados en algún rincón, y es así como los contemplo; apilados, desbordando estrepitosamente estanterías que en conjunto forman un laberinto que particularmente me parece atractivo para inmiscuirme, tal vez perderme.

Yo buscaba algo de Cortázar, tal vez algo de Borges, quizás pudiera encontrar a Huidobro. Pero en los minutos que pasaron solo encontré los títulos que a ti te gustan, de amor juvenil, incipiente, desenfrenado, de esos que enfrentan todo tipo de obstáculos y pese a ello permanecen aferrados el uno al otro de una manera casi simbiótica; justo como lo que Shakespeare transmitió y por lo que Novalis escribió tantas obras. Estuve tentado a pasar por mis manos alguno de estos tomos, ni siquiera pensé en negociar con el propietario, solo pensaba en leer cada página con cuidado, para sentirme más cerca de ti y que cada palabra signifique algo más, que sea algo que me una a ti.

Seguí mirando cada nombre de cada lomo, por sí alguno musitaba algo interesante. No podía escucharles, solo pensaba en jugar con tu cabello, verlo ondular al ritmo del aire que te acaricia tan suave, de tener la oportunidad de ver tus pasos ligeros, y tu voz, tu voz leyendo algo en particular…

Nada particular, nada que entre esas hojas amarillas, polvorientas y carcomidas que me suplique a eximirlo de todo ese ambiente. Eso me ayudaría, me daría un poco de tranquilidad a mi mente, dejaría de pensar solamente en verte, en idear mil y un resoluciones de acontecimientos que aún no ocurren, discursos completos en mi mente, alabanzas, elogios, deseos; tú, en cada forma que mis difusas fantasías pueden complacerá mi pasión, en cada manera en que se te concibe.

No he encontrado un nuevo libro, pero me revolvió la mente el aroma sutil, revolotea en todo mi sentir, y siento como se pronuncia esa gran sonrisa que solo tú me provocas. Es hora de regresar a casa…

  • Autor: Jorge Guerrero (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de noviembre de 2016 a las 02:49
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 25
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios1

  • racsonando

    Bienenido a Poemas del Alma. Un interesante relato que nos ubica en los escenarios de lo imaginado e impensado como los atributos particulares de un lector que viaja al tálamo de sus propias emociones. ¡Una prosa para disfrutar!

    Abrazos.

    • Jorge Guerrero

      Gracias por la bienvenida, espero haya disfrutado de mi prosa; saludos.



    Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.