No volveré a caer en el néctar de tus pétalos otra vez.

Wilfredo Ivan Martel Socola

Por favor , !siéntate! y ponte cómoda,

Que hay una larga historia que debo contar,

¡Ahórrate!  desde ya tus lágrimas,

Que no se comparan con lo que tú me hiciste llorar.

 

Todo comenzó cuando te conocí a través de un amigo,

Recuerdo que era una tarde triste y sin sentido,

Debo admitir que marcaste en mí la diferencia,

Pero en ningún momento me sentía atraído.

Pasaron los días y meses,

Y ya éramos amigos,

Pasamos de los saludos formales a los informales,

Y hablábamos de la vida como grandes amigos.

 

Recuerdo que prestaba mucha atención a todas tus conversaciones,

Comenzaban con un buen título,

Pero siempre terminaban con un signo de interrogación,

en todas las situaciones.

 

Mientras tanto,

Durante todo el tiempo que había transcurrido,

Entre saludos lejanos y miradas a escondidas,

Algo en mi había surgido,

Un sentimiento tan hermoso,

Que por ti había brotado,

Lo más puro y sincero que jamás alguien  haya imaginado,

Trate rápidamente de encontrarle un nombre,

Y finalmente concluí, que debía llamarse “Amor efímero  con sabor a dolor”,

No sabía si era el inicio de una hermosa relación o simplemente puntos suspensivos.

 

También Recuerdo que solías mirarme,

Fijamente a los ojos,

Me transmitías una serenidad,

A lo que algunos llaman confianza,

Y ciegamente me tumbaba a tus caricias,

Al aroma de tus besos y el perfume de tu cabello.

 

!Tú¡ ,con tu mirada de ángel ,

No sé qué me hiciste,

Pero solo sé que no soy el mismo de antes,

¡Tú!, dejaste solo en mi vida cicatrices,

Arrancaste lo mejor de mí y tuyo lo hiciste,

Me arrebataste mi alegría y mi felicidad,

Y te las arreglaste para dejarme solo en esta agonía.

 

Hiciste que mi corazón se convierta en hogar de la tristeza, soledad y olvido,

Hiciste lo que nadie nunca ha hecho en mí;  me trastornaste, me heriste y me hiciste no sé que,

Me hiciste sentir la fantasía más hermosa pero a la vez la realidad más espantosa,

En otras palabras me volviste infeliz.

Pero yo me pregunto, ¿Qué te hice Yo?

O más bien debería preguntarme ¿qué me hiciste tú?

Es una incógnita que te acompañara hasta el final de tus días.

 

  • Autor: Wilfredo Ivan Martel Socola (Offline Offline)
  • Publicado: 13 de noviembre de 2016 a las 22:19
  • Comentario del autor sobre el poema: Este poema es uno de los tantos que he escrito a la mujer que amaba.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 58
  • Usuario favorito de este poema: PauCath08.
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