Sofía

Santiago Miranda

 

                    (A Blanquita)

 

Pequeña de mis ojos pequeños

mi nueva mirada en la penumbra

de mi oscura hondura sortilegio

aguardando el legado, el testamento

               [y luego. la huída]

es la idea propia de la vida

de nuestro pueblo, de nuestra palabra oída

de nuestro peso oscuro, la luz

que provino de tu pupila

a iluminar mi mundo

lámpara indefensa

hada de lo terrestre

               [divína fortuna la mía]

de ver lo exacto en lo incierto

la pureza elemental de tu inocencia

la travesura que atraviesa

mi rincones y fragmentos

desparramados uniendo

               [lo sentido sintiendo]

desconocida era tal alegría

 el descubrimiento

cotidiano

 

Mi sangre en tí, dilema

te he marcado con lo humano

bien y mal cargamos dentro

mar y cielo, amor y violencia

del miedo, la separación es nuestra

gran maestra, el despido es ella

la prueba que nos cuesta

la vida entera

 

Tu sangre en mi dilema

germinando estrellas en mis valles

umbríos. mis errores, heridos, destellas

mis lagunas de misterios, la creencia

y la magía renacida. subsanas

con risa y juego, todo el daño acumulado                   

en lo fugaz del tiempo, me voy, extendiendo

recorro nuestras vetas, hoy nervaduras

para mí que todo brilla, de nuevo

y el resto del mundo ni se entera

   /o lo intuye en sueños, aquí

    cada contrario es correspondido

    y extrañamente necesario

    ya sabrás tú u otro

    tú, aquello que mañana

    no entenderé de nuevo/

 

 Ya conocerás la A y el desconsuelo

que dos más dos son más que cuatro bajo ciertas

circunstancias y en la hora (que podrá ser nunca

o ahora) cuando el cariño desmedido hunde y ahoga

que lo destruido puede costar un momento

pero toma el resto en ser reparado

                        no lo olvides

el tiempo puede ser partido y diseminado

a gusto, en el próximo espacio dónde la gente

habrá de amar y amarse, campos nuevos

e inexplorados mares silentes, ya estaré ahí

                       no lo olvides

que olvido es parte del recuerdo

yaciendo al fondo del camino incierto

y tiempo son fragmentos

de tesoros de amor y entre

                       no lo olvido

lo fundamental son dos o tres recuerdos

un beso sellante basta para una vida

de penurias y miserias

                       no lo olvido

la comprensión arriba tarde 

pero crece constante

el valor de uno siendo otro 

parte de respetar y acaba en el esquivo

                 cariño

                         no lo olvides

el amor es para valiente

no te encierres en el temor de ser herido

   Aquí puedes

     hacer de todo

      lo que quieras

        que ya es demasiado

          Pero antes, sé consciente

 

La Libertad es nuestra

concreto estado existente

ser pacientes al llamado

de los bosques primigenios

y las ciudades inconstantes

ser la hoja en el viento

o la madera que susurra

que el tañido de la cuerda

al bronce bruñido, no pidas

más al aguerrido deseo moderno

de todo proyectil que cruza a la

 diana de la consciencia

  dale una, vuelta

   piensa de nuevo

    encuentra /lo justo, luego/

      lo necesario

 

La belleza florece en un instante

secante en la fotográfica memoria

y luego se difumina con el rayo

amante de aromas y constantes 

abrazos acunados, nos movemos y queremos

desde el estómago, que quién intenta

amar desde la cabeza termina rechazando

las soterradas verdaderas intenciones

comprende el obstáculo sufrido y el estigma

supurante que otrora habrá vencido

pero jamás será olvido

 

No desesperes

  que al principio todo duele

  y luego se aprende o se muere

no desesperes

  que indefenso se está siempre

  al clima intenso y al delirio

  el hombre es cruel e ignorante

  lo verás por tus ojos

  generoso y mártir

  contradición incomprensible

  a la razón pero no a los amores

 

No desesperes

    la palabra a veces erra

 y ningún sistema es irrevocable

 cuando nada dura para siempre

 

No desesperes

  no desesperes demasiado

 

Ya sabrás cuando te toque

ya sabrás que no supiste

nada antes, de lo pasado

pero tienes mi mano

sobre la tuya y yo llevo

un ángel de la mano

Sal                 y
       afuera          sé 

 

Ser mujer, ser hombre

ser correcto es nuestro divíno

designio, busca el bien en todos

lados, la belleza de las nubes abre

el sol con su amor infinito

 

Que por amor naciste

Blanca, ave salve, vuela libre

del la guerra y del hambre

que tu sonrisa de niña perdure

siendo niña en lo adulto

y que ninguno de los pequeños

sea exento a la risa

y al crecimiento siendo

su sabiduría innata

 

 

No busques ser lo mismo

ser lo dado

  sé tu misma

sé el imposible

de ser sin saber

poder ser todo lo posible

 

Hija mía, tu pisada

es mi camino, futuro

en el enigma incierto

no es de quien lleva

mas tiempo en sus bolsillos

en quien su curso férreo

ha seguido hacia el olvido

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  • Autor: Santiago Miranda (Offline Offline)
  • Publicado: 8 de noviembre de 2016 a las 23:59
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 97
  • Usuario favorito de este poema: Viento de amor.
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