VENERO A LAS MARGARITAS.

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VENERO A LAS MARGARITAS

Venero a las margaritas

a su conjunto que es bello,

y al imán de la blancura

que da la flor del cerezo;

y como olvidar la jara

que empareja en el albero,

comparándose en pureza

con la flor del compañero;

que llena valles y montes

atracción de tallo tierno,

que embebe hasta las entrañas

del que recorre el sendero;

el punto desde el que observa

la canción del pionero,

que alegra todo el contorno

la blanca flor del almendro.

                    II

Aroma de color miel

que tiene el toque moreno,

vestida con traje rubio

son las flores que pondero;

y quiero el blanco del copo

que llene todo el terreno,

haciendo su comandita

con las flores que venero;

es vigilante silente

llena de aroma los cedros,

manda su amor a cualquiera

que acompañe en el empeño;

el campo lleno de flores

brillando todo sereno,

con blanco resplandeciente

que da la flor del almendro.

                      III

Yo me postulo sin más

como el más  fiel asidero,

para andar por los caminos

buscando tu aliento enebro;

todo tu ser vigoroso

y cuando lo veo tiemblo,

es la emoción que me invade

por eso contigo puedo;

querer el nácar que es reina

como el tenaz pedigüeño,

que le pide al blanco copo

que se compare por dentro;

y mire su corazón

que el calor lo pone tierno,

nunca podrá compararse

con bella flor del almendro.

                         IV

 Que del blanco llega al verde

donde crece el fruto inmenso,

de substancia insuperable

que en el placer es supremo;

llena las mesas copiosas

ofrece sabor extremo,

no hay nada que le supere

si los frutos son selectos;

almendras que son nacidas

de los campos que están llenos,

de la bandera de paz

que da la flor del almendro

adorna el árbol risueño;

en cualquier parte del mundo,

en tierra erial o mullida

nace la flor del almendro.

                      V

Y habla de amor o de risas

capaz de leer los cuentos,

de manera que titile

la estrella en el firmamento;

aunque yo he de coincidir

con los de flores  conversos,

que acunan sus flores rosas

junto a la nieve en el huerto.

¿Pero por qué es la blancura

la que se impone en sus versos,

hay diferentes colores

que el sol los pone despiertos?

La más honda competencia

entre colores que pienso,

pero siempre sobresale

la flor blanca del almendro.

                        VI

¡Su resplandor ilumina

el horizonte a lo lejos,

parece como si hubiera

salido el sol entre lienzos¡

La flor blanca y la rosada

y que el sol refleje incierto,

ese don maravilloso

de ambas flores en el cielo;

sus sensaciones de paz

abarcan a cualquier género,

sean personas o animales

sea luz u ocaso negro;

pintados por los pintores

con mano firme y despiertos,

todos con los mismos trazos,

pintan la flor del almendro.

 

  • Autor: juduve (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de noviembre de 2016 a las 12:38
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 83
  • Usuario favorito de este poema: nelly h.
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