Primer encuentro.

Era un día como cualquier otro, Taku estaba caminando por el parque de Segovia cuando un papel paso volando levemente a la par y este sintió la extraña sensación de ir por él. En él se encontraba una hermosa letra y unos dibujos de lo más extraños pero lo importante eran las ideas plasmadas en el papel, una lectura que rápidamente lo capturo, ideas que iban desde la más profunda filosofía del universo, hasta la belleza de la naturaleza, por alguna razón tomo una pluma negra y escribió respuestas algunas a favor otras muy en contra de los del papel, y lo dejo tanto su pluma como la hoja en una banqueta cercana.  

Al día siguiente cual fue la sorpresa de Taku al descubrir en la misma banqueta una hoja, esta vez con otros escritos, pero con la misma hermosa letra, esto se empezaba a tornar de lo más extraño, incluso en esta ocasión había una hoja extra, Taku ni corto ni perezoso se enfrasco en la lectura y escritura de la nueva aventura que se desarrollaba ante sus ojos con el como protagonista. Esta situación se repitió una serie de veces, hasta que un día, no encontró nada en la banqueta se sentó en la misma, sin saber exactamente que esperar, hasta que llego la noche.  

Al día siguiente llovía como nunca en su memoria, y decidió que llegaría mucho antes al parque, tenía que verla, tenía que llegar, tomo su paraguas y se dirigía a su destino cuando descubrió que el paraguas estaba averiado, pero esto no desvaneció sus ansias, salió bajo la lluvia destilando hasta de las orejas, llegando a la banqueta y esperando pacientemente como aquel anciano que ha gozado su vida y solo espera el descanso, cuando frente a él se detuvo una hermosa chica con sombrilla rosa.

- ¿Qué haces bajo la lluvia? Pregunto Misa

- Espero a alguien. Respondió Taku

- ¿A quién esperas?

- Parece tonto, pero no lo sé. En ese momento Taku se dio cuenta, que la muchacha sostenía un folder plástico resistente al agua en sus manos, en la cual estaban las mismas hojas con las cuales se alejaba del mundo cada tarde en ese parque.

- Eres tú. Grito Taku mientras que levantaba

- Ten cuidado, me mojaras.

- Disculpa. Decía Taku mientras se perdía en el margen de los labios de Misa, sin darse cuenta que los pensamientos que leía diariamente eran solo la extensión de esta hermosa chica.

- ¿Qué haces mojándote aquí?

- Te esperaba, no había ninguna hoja ayer y no podía esperar por conocerte, y aun no sabía que me enamoraría de ti.

- Eres bobo. Decía Misa mientras se sonrojaba. - Es posible, pero no podría vivir en paz sin hacer esto.  

Y Taku beso a Misa, no era necesario entablar dialogo, de alguna manera se conocían perfectamente, de alguna manera lo que los separaba era solo una ilusión, el beso era solo la comprobación física del nexo que realmente tenían algo imposible de comprender con un pensamiento físico, una satisfacción que superaba las drogas, la eliminación del vacío que ni el mayor éxito podría replicar, era algo que simplemente se podía sentir en lo más profundo y a la vez en la superficie de los brillantes y dulces labios de Misa. Le llevo un rato a Misa reaccionar, pero…

- ¿Qué te pasa? Yo no te conozco. Recriminaba Misa.

- Soy el chico que responde a tus notas todos los días, soy quien te adoraba antes de perderse en tus ojos.

- Pero eso no te da el derecho de besarme, no sabes si tengo novio, si me gustas, no sabes nada de mí.

- ¿Tienes novio, te gusto, te gusto el beso? Y más importante ¿Me darías la oportunidad de conocerte y ser parte de tu vida? Fueron los más largos segundos que Taku recordaba, parecían meses, años siglos, se preguntaba si así se siente la eternidad y si realmente sería bueno ser inmortal.

- No te responderé nada. Decía Misa mientras se tapaba el rostro, aunque Taku podía sentir las verdaderas respuestas emanando de ella.

- Entonces detenedme. Respondió Taku mientras volvía a besarle.

- Eres un pervertido, deja de besarme.

- ¿Acaso se detiene pez de nadar o las plantas de buscar el sol? No se pueden detener las necesidades de supervivencia y aunque tengo solo instantes de haberte visto, se con total certeza, te necesito, más que la tierra al sol o el sol al hidrógeno, antes de ti no sabía que me hacías falta y talvez no lo hacías, pero ahora, ahora no puedo idealizar un futuro sin ti.

- ¿Y si ya tengo pareja?

- No importa, no existe fuerza mortal en este universo que me aleje de ti.

- Bobo, tu eres mortal.

- Uno que se convertiría en dios, creador y destructor solo por tenerte a su lado.  

Nuevamente ese silencio, pero no el incómodo silencio que se tienen con las personas comunes, este era distinto y aunque Misa parecía pensativa, Taque estaba seguro que ella comprenda y también quería creer en sus palabras, fue un silencio pacifico, cargado de emociones intensas, pero sin saturar sus almas, era más bien, la primera de muchas colisiones entre sus almas, pensamientos y sentimientos, algo nuevo para ambos, pero a la vez más familiar que la luz misma.