Una tarde descansando

Lucy Quaglia

Una tarde descansando

a la sombra de un ombú

escuchaba una milonga

de alelíes y de amor,

cuando vino una señora

con la cola redondita,

una canasta en la mano,

una rosa en el ojal,

y cantándome al oído

me contaba desventuras

de mañanas sin retornos

con auroras del lugar.

 

Y la pampa se extendía

desde el árbol que crecía

y rodaba dulcemente

hacia el río y el canal,

en lo alto el sol brillaba

descansando al mediodía

con colores imposibles

que achicharraban la mente

derritiendo la alegría 

y se hundían en la  piel,

en los huesos, en la carne,

en la cara y en los ojos,

en la boca y la nariz.

 

A la sombra del sombrero,

con sol suave en Canadá

me agiganto en la nostalgia

de una pampa inmensa 

y larga

que se lleva con la brisa

los recuerdos de mi infancia,

cuando piedras eran piedras,

el rocío era de agua,

cuando el sol no molestaba,

cuando el viento se entibiaba

acariciando mi cara

y los rayos de la tarde

se alargaban en poesías

de poetas sobrehumanos

entrándome en las entrañas

de mi espíritu inocente

repitiéndolas sin pausa

al pedir de la maestra,

con mediodías sin treguas

después de mañanas largas.

 

Con viñedos de uva sana,

las guindas y las cerezas, 

las almendras y avellanas,

las granadas y naranjas, 

los duraznos y damascos,

los oleandros con flores

rosas, blancas y amarillas

en la esquina de la quinta,

una planta de laurel

que hacia el cielo se agrandaba

al lado de las hamacas.

 

La ligustrina crecía

aunque yo podaba siempre

con tijeras afiladas,

mientras avispas zumbaban

con intensiones malsanas

alrededor del terreno

lleno de sombra de plantas.

Me acuerdo de los amigos

con los que iba a la playa

a pescar con los gusanos

para el anzuelo en la caña

que había juntado antes

con el pico o con la pala.

 

  • Autor: Lucy (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de octubre de 2016 a las 22:51
  • Categoría: Familia
  • Lecturas: 72
  • Usuarios favoritos de este poema: Myriam Estrella B, Lincol.
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Comentarios1

  • J.R.Infante

    La infancia soempre presente en la memoria de la poesía.- Buen trabajo.- Besos

    • Lucy Quaglia

      La infancia se agiganta cuando además estás lejos de sus lares.
      Para ver la pampa ahora tengo que viajar 12 mil km.
      Gracias, me alegro que te guste.



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