BTW.- (17/10/2016).-

--I--

Clarimensura sombrisilente:
Se transparentan las marcas del recuerdo
En el polvo gris que vocea la luz.

Estas visiones son pitadas de eternidad
En donde otros huesos crujen y no piensan.

Me aferro a mi trago amargo,
Con la suficiente entereza para sentir
La dicha del espacio donde caerme vivo.

Adentro se consuma el sacrificio,
Han desplumado sus virtudes, sus misterios.
Y va como un reflejo propagando
Su angosta locura
Con la boca bien cerrada para 
No morir por pez;
Con los ojos como la ciudad que Nerón
Amó hasta las cenizas.

Tararean como al pasar.
Será que alguien borró tanto
Que soy yo quien tengo el codo gastado.

--II--

Sugerente silueta que se adivina en el humo,

Sos tan fuego crepitándote los dedos.

Arrojados a una suerte fuera del cubilete,

Sangro como las encías del amanecer de domingo,

Acaricio el cemento con mis bocanadas de cansancio.

Corres tan rápido que tus propios pies

Te abandonan. Hubo un nido, calores

Y promesas que mañana sacarás con la basura.

Mientras la noche se aferra a tus greñas

Y tu impaciencia detiene los relojes,

Quizás yo me tire en el césped de mis reminiscencias

A tiritar con las luciérnagas.

Una manzana no para ni un segundo de crecer en mi garganta.

Afuera una mujer grita y destroza

Mi quietud desmedida.

Insinuás que algo de los cementerios

Se exagera en mi porte.

Será que siempre es sinistro y rotundo

Retornar a la vida.

--III--

Una mitad del casillero es, por reglamento,

Blanca como un filo.

La otra fracción es, por decisión,

Lo cercenante.

Un lugar es la penumbra de otro lugar

Que no rescata.

Un sonido es resplandor de otro sonido

Que no amordaza.

El tiempo se entrevera en las hojas del árbol,

Como alojándose en las carnes de los frutos y los pájaros.

También se queda en mí, pero hundiéndome.

Han sembrado en los brillantes prados de antaño

Un lóbrego precipicio de sollozos.

Se me inviernan las memorias.