Divagaciones I

Santiago Miranda

Fuimos trasladados en la cinta

o en la banda (¿de Moebius?) (ya no lo recuerdo)

éramos entonces niños/abuelos o eras cuando

parcelaron los criterios de figuras mutiladas 

otrora comprimidos y apresados por la onda

 

fuimos sonido y arquitectura del viento, ven

a la roca estancada y rompe este mu(n)do silencio

antaño era una línea o cuerda grave, de baja mixtura

tamizada por rejillas       cua   driculares

el golpe gruñe         tres

               uno

                      dos

tropel enralecido nuestros (sedosos 

      bucles tocamos en un juego)

elevaron los retazos, de marea ardiente

de fuego helado, fulguraron innatas consistencias

sobre campos varados de leña verde y profundas

cuevas celestes, todo esto ahora es cierto

cuando la imagen entra en tu visión interna

"laverdadera" aurea vereda

        cuando hueles el fuego arder o las estrellas

cuando pruebas la dulce piel durazna tras las sábanas

cuando el vértigo se materializa

                      en carne

hinca los dientes, sobre la nube

chorrea por tu mandíbula

                      el aire. caliente

las estrellas son las ideas suspicaces de la noche

-es por esto que salimos pero después volvemos

                                       y luego salimos como si luego..-

entramos en la puerta abierta y desprovista

de espejos y marcos, los recovecos arrugados

el registro de nuestros omitidos surcos 

donde nos perdemos indefectiblemente cada cierto tiempo

frecuencia gastada sobre capas de rosas ya sin espinas

en la hondura de los siglos, la estela negra flota

y esgrime la punta de la lanza, golpeando rocas 

pariendo fuego, la yesca y la llareta, en llama

(en la pica, en la espada, sobre la cama o las cartas)

salimos por la noche de nuestros cuerpos

                                   afuera

 

Caminabas mujer-hombre y sombra

cortada por el filo de una luz sagrada

cada uno en su camino alterado

cada uno con sus oscuridades

y luces propias consonantes

de máscaras, copadas de robles

los sombreros y manzanas

que no vienen al caso

de los últimos asesinatos

acontecidos en los restos

de tazas sobre la mesa e incrustadas

migas en tu falda

 

te reconocí a la primera vista

                                   de espejo

       eres lo que éramos

una copia de nosotros mismos

deambulando por los pabellones perdidos

una copia, que siempre dice

-lo mismo, es aquello que se repite invariablemente

fuera de lugar, expatriado foco del contexto

el bulbo saturado de amarillo, pequeños

soles en lo alto;

parasoles-quitacielos- conspicuos rayos

embelesan el horizonte de terciopelo

lloró lágrimas, el cerro (Gabriel o) Gabriela

los carros estrellados salpican; nuestros cuerpos

nuevos astros formales instruyen, nuestros cuerpos

viejas leyes extintas, destrozan, nuestros cuerpos

(proletarios sin prole)

                 nuestra camada dormita ahora

        sobre el confort de cóndones 

o entrañas infectas

     la lógica inherente

              al hombre, al perro 

                            caminante nos vamos

              cerrando en nuestra

palabras acuciante

              y en la espera de algo

como un vívido rayo fulgurante

                             o la alucinación adivinatoria

de los siglos venideros

 

recreo el sueño y caigo en olvido

cuando callábamos el por qué

          (detodoolvido)

no era necesario hablar

por hablar y ambos

éramos uno

que sentía el hacer

y hacía el sentir y

                 las palabras bastaban

así era el cielo un cielo

cuando tal niño fue descubierto

alzó las manos a lo alto en la oración

e invocó la palabra, -aquello es cielo

lo que transcurre en el tiempo es un día

entero y esto de acá es mundo

 

no pudimos acallar

su error, cielo y mundo

eran ideaciones incrustadas

ahora a la vista y ya no pudimos

sino oler y verlas, cuando colisionábamos

con aquellos limites 

            de nosotros mismos

 

En fin

            No hay      fin

                        Ninguna palabra es

            La última          palabra

Tampoco esta

                        Tampoco aquella

            Tan

                                   Poco

                        Es

Lo        que    (     ) o elevado ha sido   

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  • Autor: Santiago Miranda (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de octubre de 2016 a las 23:59
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 37
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