Los granos del maíz

Jose Adolfo

Comienzo a girar el mango

De la pequeña máquina

De moler

Los granos del maíz

Empiezan a descender

Por la angosta garganta

Que los tritura

Como una dentadura

De leche condenada

Al sacrificio

Degradante

 

Al instante

Me sumerjo en la rueda

Del movimiento

Que circunvalan mis manos y hombros

Se diría

Que soy o me hago

Me reconstruyo

Con estos círculos

Que balancean mi cuerpo

Una especie de calistenia

Que me lleva

Por rumbos territorios

Distantes

A la esquina de una mesa

Que yace

Como una reproducción

Del rectángulo doméstico

Que finge

Ser el comedor

De la casa

 Me figuro

Un juego de cartas

Que reunidas una debajo de la otra

Se guardan

En el cajón

El estuche también

Rectangular

Que llamamos casa

Y que precisamente

Esta navegación en redondo

Constituye una sencilla manera

De escapar

A su laberinto

De esquinas

Intimidantes

 

La pequeña máquina en mis manos

Ahora es un periscopio

Una mira

Por donde

 Se esfuman

Mis vanas preocupaciones

Cotidianas  

Espejo

Que recicla y desliza

Colaterales

Latidos de otros fondos

Sub marinos

Nada que ver con el monstruo

Del hambre

Que a esta hora

Corroe  

Nuestros amancebados

Instintos

 

Vivo el engranaje

Otra libertad

Que no es la mancillada

Circularidad

Del acostumbrado

Ombligo cronológico

Otro ritmo articular

Sobre puesto

A la descendiente flecha

Del pesado código

Gravitatorio

Casi estoy seguro

De una extraña  

Regeneración poli numeraria

Se multiplican mis miembros

Mi pelvis ondula

Sobre un aguacero

De anillos planetarios

Resonancias de sueños

Placenteros

Pajareando

En el pleamar

De mis dedos  

 

Sin centro

Ni referencia de cercanías

Equilibrantes

 

Una deriva de navegación

O vuelo

Por costados intermitentes

Zonas de roces

Cercanas lejanías

Planos de arqueologías

Extrañas   

Brújulas que se van tejiendo

Con telarañeos

De bitácoras

Disímiles   

 

La cinta que se desborda

Bajo el ritornelo

De mis manos

Espirales de vías lácteas

Proyectándose

Sobre la cara de un recipiente

De metal ingenuo

 

La onda

Que entinta su película

De corte vibrátil

A veces soles desenrollando

Encandiladas pupilas

Sobre esta pantalla

De fondo  

Perplejico

 

Pequeña máquina  

Este agujero

Por donde el cuerpo

Se las arregla

Para permutar las fases

De la materia

 

Juego de espejos ensoñando

Sobre ejes

Que naufragan

Como canaletes

Sobre el abismo pupilar

Aromas desnudando

Helicoides escondidos

Bajo el ropaje

De cereales

Disolutos

 

Luis Sánchez

Angostura 3-9-16

Este poema que es como jugar con un oficio doméstico se lo dedico

Al cineasta de la ciudad Luis Lara y a su compañera María Alejandra

 

 

 

 

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  • Autor: Poeta de las Utopías (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de octubre de 2016 a las 18:11
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 1134
  • Usuarios favoritos de este poema: racsonando
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