LOS AMORES

 

Al principio todo son miradas, pero; siempre se contrapone se restringe, te quiero "pero", me gustas "pero"... y condena (o limita) porque las palabras a veces son cadenas y el silencio es una cárcel cuando la soledad viene impuesta.

 

Los amores tóxicos contaminan a una, y solo una persona, es por esa maldita costumbre de estarse brindando, siempre suele darse todo a la primera, y sin lugares a segundos pasamos de pedir abrazos a mendigar besos sin daños a terceros, es un triángulo con aires de circulo vicioso, una cosa lleva a la otra, una palabra enlaza la otra, un actitud, por sencilla; desencadena otra. Procurar un alma marcada por otra es como tirar de la cadena con el amor esperando en la puerta, destinarse al olvido, y luego buscar en otro lugar eso que ya perdimos luego de dejar la cadena echada. Por eso es muy común después de librarse de un amor toxico caer en un amor de contrabando, este trafica besos, piratea abrazos, coge al cuerpo y le da fuego. Al principio todo son palabras porque no sabe de cálculos y hay errores en las miradas, entonces comercia, sin más, los restos de un amor toxico que solo serán cansancio de tanto correr detrás promesas rotas. Uno puede prescindir del otro, el amor de contrabando puede suceder sin la precuela de su toxico, en este caso, va ser un acto fatal. El amor toxico puede suceder sin la secuela de su contrabando, ahí, va ser acto corriente

De los amores tóxicos nunca se sale completo, son amores también, que se instalan en un calendario y se quedan a vivir con la monotonía, amores que se justifican hasta la risa, que pierden la confianza por donde se escapa la razón, que olvidaron enamorarse a diario y no saben decir otra cosa “No tengo tiempo” “Estoy cansado” “El trabajo” “El estudio” “Hablamos luego” sin saber que después es tarde para mañana, y viven absurdos de celos sin quererse. Amores pegados de fobia al frio.

 

De los amores de contrabando se sale con demasiado, cada uno lleva media vida que no le pertenece, este da y recibe, se esconde detrás la pasión, cuelga el deseo en la ventana, pinta de sexo las paredes, ensucia los rincones de reconciliaciones, llena de pólvora la cama, llena de gritos la estancia, es valiente, es un amor suicida parado al borde del acantilado de un ombligo. Amores que no saben que el amor no solo arde.

 

Los amores ambulancia los hallamos después de momentos “nocivos” y de facetas “ilegales”. En la escena: Un corazón vacío y un alma llena de huecos. Vienen, arreglan, y se van. Son amores medicina, hacen del mundo un mundo menos frio. Y luego están los amores verdaderos.  Son amores para toda la vida.  No se buscan, nos encuentran.

 

Al final todo son miradas porque no hay poesía más sincera que dos personas contándose la vida sin decirse una palabra.