DIAGNOSTICO

Se amaban de tal manera que sufrían de hipertermia y en ocasiones, la suma de sus cuerpos producía fiebre, siempre encontraban la forma de termo regularse ya fuera en la cama o en cualquier rincón de la casa, no conocían antipirético más efectivo que los besos ni método más afrodisíaco que depender de un adjetivo. Cuando alguno faltaba, como el amor no sabía de distancias la hipotermia hacia crónico el desencuentro, encontrarse era la manera más sutil de contrarrestar los efectivos nocivos del tiempo pero hacía falta una vida para desbesarse y otra para deshacer las palabras y los hechos.

Era tan fuerte la química que continuamente se fracturaban el alma, una que otra vez se rompieron los brazos de tanto medirse la cintura, se dislocaban la voz de cantarse discos y llegaron a esquinzar los tobillos de andar juntos, se cortaron la boca de hablarse bonito y se rieron tanto que aprendieron a hacerse el humor hasta llegar al orgasmo los 367 días que tenía su año, usaron el Kama Sutra como analgésico, las caricias de antibióticos y de antiinflamatorio los mil y un poemas.

La magnitud de las miradas era tan dulce que los niveles de azúcar ya estaban a la altura de los labios, podían estar horas y horas sin decirse un palabra, las conversaciones que no tenían eran la insulina que regulaba su amor diabético, sin embargo, no era empalagoso aunque nunca se llenaron de todo jamás dejaron nada (A él, que le gustaba jugarse la vida la dejaba en cada verso; por eso le escribía, no sabía mejor forma de quererla. Ella, que odiaba las historias breves le juro una vida nueva, por eso lo escuchaba, no sabía mejor forma de quererlo.) Los poemas eran tan apremiantes que terminaban por leerse en braille y se estudiaron tanto que podían contarse media vida desnudos. Había días en que su metabolismo se limitaba a una comida, se comieron a cabal proporción que elevaron los triglicéridos, riesgo de infarto, sirenas en cuarto. Era amor y les dolía pero ni siquiera los poemas pudieron apagar el centro de su incendio. Solo podían abrazarse y quemarse de amor y de ganas.