Aprenda mucho

Lucy Quaglia

Aprenda mucho,

viva sonriendo

y grite tanto

hasta la tarde

de la esperanza

y la afonía

 de la garganta.

El cielo claro

celeste y blanco,

las nubes tibias

rosas y amargas,

la lluvia tenue

que va soñando,

mientras la luna

viene y se apaga

sobre la cresta

de la montaña.

Las mil estrellas

cantan bajito

algo que explican

sin decir nada.

Agujeros 

sin sentido,

negros, blancos,

y dormidos

van tejiendo

en el espacio

de la noche

interminable

constelaciones

de hormigas

que traen migajas

de la comida

y hacen un picnic

en la bajada

de la colina.

Las estrellas

que se apagan

llevan dentro

la nostalgia

de las cosas

que se acaban

con distancias

que se alargan,

y las efigies se ríen

de las penas

de mi alma.

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