Un sábado cualquiera

jhoabner

Un sábado cualquiera tomé un bus y salí en busca de un lugar tranquilo, lejos del ruido de la ciudad y la intensidad del día a día. Después de unos cuarenta minutos pedí mi parada y a continuación me encontraba caminando en el lugar mas fresco y armonioso que había estado jamás. Colmado de árboles frondosos de toda clase y especies; un espectáculo de colores, olores y texturas. Estaba fascinado, nunca había sentido un aire tan natural, jamás había experimentado una conexión con la naturaleza como aquella. Continué mi andar y me introduje en un espesor de flores amarillas y rojas, tantas para mis ojos. Era un campo infinito de aquellas medianas flores. Destilaban un olor placentero, suave y adormecedor. Todo a la vez imponía un aire tierno que acariciaba mi rostro y toda mi piel. Me sentí perdido, caminé desorientado entre todo ese mar de rojo y amarillo y desperté de mi éxtasis con la mirada mas intensa que en mi existencia había visto. Unos ojos grandes como avellana, brillantes como el mar al atardecer y de un marrón apasionado que de repente me controló. Retrocedí algunos pasos y quedé aun mas seducido por la sin igual belleza del ser que acababa de encontrar en mi camino. Sus ojos estaban rodeados de un rostro angelical y un largo pelo muy oscuro que hacían resaltar su piel muy clara y delicada. Vestía un vestido de un azul muy difícil de describir, claro y agradable, el cual cubría un cuerpo echo al parecer a mano, delgado y sumamente bello. Suspiré y una vez mas despavilé para preguntar quien era. Su voz era como un susurro muy suave, muy lineal, pareciera como si cantara al hablar, como si soplara las notas de algún instrumento. Me regaló una luminosa sonrisa y susurró un nombre de cuatro letras: Luna.

  • Autor: Jhoabner Castillo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de septiembre de 2016 a las 20:21
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 27
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