El huracán que rebosa la rabia arrebatada,
que destruye los restos de amor pujados a los carroñeros.
El fuego que aviva la llama del desesperado es apagado
por los interesados del silencio.
Los libres, condicionados al mismo silencio para el mantenimiento
de su situación.
Y los esclavos, habrán hecho pública su opinión,
pero encerrados por la oposición.
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Autor:
J.C.R (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 6 de septiembre de 2016 a las 09:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Lita_81, Mauro Enrique Lopez Z.

Offline)
Comentarios1
Podría decirse que es una proclama política. Excelente.
Muchisimas gracias Dialec, mi compañero del alma, es de buen gusto leer comentarios asi.
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