Lo que no tiene explicación

Marah

Se escucha el ulular de un can hambriento

la brisa abate fuerte la ventana

y sin estar presente Graciliana

se mueve el balancín del aposento.

 

¿Quién puede estar fumando en otro asiento?

El tufo es de la misma mariguana

y temo emborracharme hasta mañana,

quedarme sin respiro…sin aliento…!

 

No tarda en congraciarse la lechuza:

graznido que estremece hasta el mezquite

y al darnos la floresta del disanto

 

un astro en el cenit veo que cruza.

¡Oh Dios, el réquiem de la paz permite,

antídoto y reposo al camposanto!

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