La primera vez de mi nombre.

Irene..

Este año era su primero llamándose Amaria

era la primera vez de su nombre proclamado para cada uno de los campos de cultivo de los meses

la primera nombrada Amaria para Febrero, la primera nombrada Amaria para abril..

 

Por lo cual la Reina Amaria sabía que era el año destacado, consagrado en gloria a la primera vez de su nombre, cada campo de cultivo de los meses del amor era su primer paso a la gloria de su nuevo nombre.

 

Cada mañana, al rayar el alba la primera hora de la luz, Amaria ascendía los 30 o 31 (según soplara el viento de los campos) escalones de la torre más alta de su castillo.

 

Para contemplar ,si el campo de cultivo del amor de ese mes había sido fértil y la semilla del te amo había engendrado fuerza y vida hacia la flor y el fruto físico de la compañía presente por corazón cosechado.

 

De carácter único e irrepetible, pues era el primero obtenido a la siembra de su nombre.

 

Un día, contemplando a la largo de su extensa mirada de su primera vez de nombre

la ya apreciable suma de los campos de cultivo de los meses.

 

La Reina Amaria que era muy Sabia, convocó mientras los divisaba a los 12 pensamientos de esos primeros 12 campos de cultivo de los meses de su nombre.

 

Y observó, cuáles de ellos habían quedado estériles, yermos de fruto sangrante de raíz latida binaria, debido a la soledad de los elementos que ausentaban los silencios de la escarcha lejanía.

Y por el cálido contrario, cuáles de ellos habían recibido el vital alimento- aliento de la fuerza y renacida del sol amador.

Debido a la presencia de los elementos fertilizantes que florecían los sonidos de la compañía.

 

Y Tomó una decisión, obrando en consecuencia de contemplación, el 1 de enero de nuestro Señor 2017.

 

Si la suma de la primera vez de su nombre Amaria, por los portales de los campos de cultivo de los meses era mayor y favorable hacia los cosechados del y en corazón presente Permanecería en sus tierras.

 

Si por el contrario, la balanza dorada se inclinaba hacia el peso de los meses de cultivo descosechados de soledad yermos a la ausencia: Entonces marcharía de su Reino sabedora que era el momento de irse.

 

Cogería a su pura sangre al que llamó “Pasión” de negro lomo y sangrienta piel como su regia dueña, y a todo galopar distancia emprendería la búsqueda de un nuevo lugar donde amar y ser amada la co-respondida siembra cosechada de su corazón.

 

Fuera cual fuese la decisión, la Reina Amaria sabía que era la correcta.

 

“¿Por qué sabré que es la correcta?” Se preguntó a sí misma, y por primera vez igual que su nombre primero

Dios tomó forma de pan redondo, y en la sencillez de su blanca miga le contestó:

 

“Porque venciste al Dragón en el torneo tumoral de la batalla terminal

 y porque eres La Hija del Cabrero”.

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