La sirena

Hija del mar

Sobrevolando el mar,

con mis alas bien abiertas,

siento el aire que me refresca,

y oigo el silencio,

que se calla para escuchar 

el grito de una bella sirena.

 

Está cautiva del mar 

y sus sombras,

cargada de tristeza,

de angustia e impotencia,

hermosa donde las haya,

elegante y esbelta...

 

Pide a gritos la muerte...

no sabe que puede nadar 

alcanzar la costa

y caminar...

dejar atrás ese mar de horrores,

de sufrimiento y temores,

estrenar sus lindas piernas 

y sentir la tibia arena 

que la espera...

 

La lucha la distrae,

ella sigue creyendo,

que es una sirena 

sin darse cuenta 

de que no tiene aletas

sino piernas...

 

¡Respira y para...hermosa sirena!

Busca tu lugar,

que no está en el mar 

sino en la tierra,

acepta tu nueva vida 

ya verás como te serenas...

¡No ves, que no tiene sentido 

permanecer en el mar

si no eres una sirena!

 

 

 

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