No supe tu nombre, la noche era clara
y tu ibas ebria y querías volar
como un pez dominado por su locura
de alcanzar el cielo, olías a fermento,
a mosto dulce,
y en el cabello llevabas arena
de algún mar, de alguna playa
sin nombre, de caracolas mullidas,
y pulidas piedras
y tu corazón furioso insistía en volar
mis ojos perplejos búho
eran dos llamas de flamante expectación
buscando una razón de la sinrazón
de tu gemir,
te vi perderte en la oscuridad de la noche
mientras proferías resabias
no hubo eco, solo el silencio
que se tendió en mi corazón
como una flor muerta.
Comentarios1
Lindo poema, como un cuento diría yo, sabes cómo contarlo y esto hace que el lector se interiorice en la historia. Me encantó leerte. Saludos cordiales a la distancia.
Gracias Lincol por tu comentario. Saludos.
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