¡ENSUEÑOS!

¡ENSUEÑOS!

 

Hoy me toca beber de las profundidades

del grial la viscosidad del lago,

amarrado al escálamo de la embarcación

en una vuelta de campana

fui arramblado.

 

Anoche soñé que era una saeta

viajaba velozmente por el aire

escuche el silbido que producía la punta de metal

pude sentir como me hundía en el centro

de una flor de loto.

 

Me detengo en esta arteria

debajo del domo de una añeja arboleda

colores raídos por el otoño

cielo turbado por nubarrones oscuros

donde la tarde se duerme lentamente .

 

Respiro profundo y pienso

en la mudez de aquel teatro

se podía oír el caer de un alfiler

imaginaba que algo único iba a escuchar,

el atentado fue demoledor.

 

Tener un infinito vacío no es mi anhelo

ávido de seguir soñando antes de emigrar,

un cuadro no culmina con la última pincelada

el ataúd guardará los huesos

pero el cristal de mi mirada quiere encandilarse con sol.

 

Es incómoda la humedad de la sombra,

aún no ha sosegado la tarde,

horadé los muros

para viajar por laberintos

donde el tiempo se dilata.

 

No ambiciono ser sagita

prefiero el vuelo de un destino certero

hacer centro

y no tener la imposibilidad de ser visto

en el espacio de un arco curvo.

 

Martín Pereyra

28 de mayo de 2016