MERECER

Iosi Koba

Merecer el roce de tu florido aliento, en cada suspiro de mi pecho

henchido por el ansia de sentir el calor de tus senos.

Y el abrazo del vivo brillo de tus ojos,

en cada una de mis miradas turbadas por tu desnuda belleza.

Y los besos apasionados de tus labios,

en cada golpe de mi pulso acelerado por tu aroma a fruta fértil.

Y el cobijo ardiente de tu vientre ofrecido,

en cada latido de mi fogoso deseo.

 

Merecer el calor de tus palabras encendidas,

en cada susurro de mi cuerpo excitado.

Y el color de tu risa satisfecha,

en cada muerdecito que doy en tu cuello.

Y el rojo tinto de tus divinas aureolas,

en cada mimo que les ofrezco con mis labios.

Y la humedad de tu dulce pasión,

en cada inhalación del aroma de tu cabello.

 

Merecer cada gemido y grito de tu garganta,

en cada caricia profunda que te ofrezco con mi lengua.

Y el temblor de tu estimulada piel,

en cada palabra que le dibujo con mis dedos.

Y el trémulo baile de tus caderas,

en cada mordisquito que doy a tus muslos.

Y la explosión de tu fuego eterno,

en cada instante del éxtasis que nos regalamos.

 

 

©Iosi Koba

  • Autor: Iosi Koba (Offline Offline)
  • Publicado: 5 de junio de 2016 a las 21:07
  • Comentario del autor sobre el poema: Merecer el roce de tu florido aliento, en cada suspiro de mi pecho henchido por el ansia de sentir el calor de tus senos. Y el abrazo del vivo brillo de tus ojos, en cada una de mis miradas turbadas por tu desnuda belleza. Y los besos apasionados de tus labios, en cada golpe de mi pulso acelerado por tu aroma a fruta fértil. Y el cobijo ardiente de tu vientre ofrecido, en cada latido de mi fogoso deseo. Merecer el calor de tus palabras encendidas, en cada susurro de mi cuerpo excitado. Y el color de tu risa satisfecha, en cada muerdecito que doy en tu cuello. Y el rojo tinto de tus divinas aureolas, en cada mimo que les ofrezco con mis labios. Y la humedad de tu dulce pasión, en cada inhalación del aroma de tu cabello. Merecer cada gemido y grito de tu garganta, en cada caricia profunda que te ofrezco con mi lengua. Y el temblor de tu estimulada piel, en cada palabra que le dibujo con mis dedos. Y el trémulo baile de tus caderas, en cada mordisquito que doy a tus muslos. Y la explosión de tu fuego eterno, en cada instante del éxtasis que nos regalamos. ©Iosi Koba
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 49
  • Usuario favorito de este poema: nelida moni.
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